Nos despedimos de 2021 y damos la bienvenida a 2022, pues pese a la pandemia, a la crisis política, económica y social que vive no solo Perú sino también muchos países de la región vemos con optimismo una gran oportunidad en el ámbito de las inversiones.
Si bien el crecimiento de la economía mundial se moderaría de 5,9% en 2021 a 4,4% para 2022, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), este año no deja de evidenciar grandes oportunidades pese a las sombras de la inflación, China, tasas de interés al alza, entre otros factores de riesgo.
En el presente año, muchos inversionistas rebalancearán y diversificarán sus inversiones, ajustarán sus portafolios de activos para optimizar al máximo sus recursos con el objetivo de resguardar e incrementar su capital. De hecho, debido a la pandemia y a la crisis de la región latina, hemos observado en los últimos meses una mayor demanda por invertir en mercados financieros del exterior, específicamente en Estados Unidos.
Las empresas familiares e inversionistas locales han comenzado a ver con mayor atención distintas alternativas de inversión en el gigante del norte, que van desde el incremento en las aperturas de cuentas bancarias, pasando por acciones en el mercado de valores de Nueva York hasta mayores inversiones en bienes raíces (real estate) en estados como la Florida.
Independientemente de que las inversiones sean en el ámbito local o internacional, los agentes tienen que tener claro el contexto global, pues con una economía internacional recuperándose de la pandemia, con signos de inflación, y tasas ligeramente al alza, queda claro que las acciones (renta variable) e inversiones alternativas como en el sector inmobiliario, infraestructura, materias primas y monedas, serán los activos más demandados por los inversionistas por los altos retornos que podrían generar.
La renta variable con enfoque tecnológico, salud y de sostenibilidad (desarrollo verde) tendrán buenas perspectivas en el presente ejercicio.
Sin embargo, en los mercados de renta fija puede haber dificultades con los retornos esperados debido a que muchos bonos con duración alta podrían perder valor ante las subidas moderadas de las tasas de interés.
Pero esta tendencia no es exclusiva de los inversionistas peruanos, sino también de otros países de la región como Colombia, Argentina, México, Chile, Brasil, etc; donde la incertidumbre económica y crisis sanitaria parecen ser el común denominador.
Son momentos muy duros para Latinoamérica que han visto en Estados Unidos un gran mercado para asegurar y ver crecer sus inversiones. En efecto, muchos inversionistas en la región, ven a los Estados Unidos como un refugio seguro para guardar sus cuentas de ahorros e inversiones.
Y es verdad que en muchos sentidos Estados Unidos sí ‘cumple con los requisitos’ de tener una moneda estable y un sistema financiero sólido y seguro, que son fortalezas de los cuales muchos países latinoamericanos adolecen.
Además, no olvidemos que el país norteamericano se ha fortalecido gracias a los enormes estímulos fiscales y monetarios que contribuyeron a un rebote económico sin precedentes durante la pandemia.
Por eso, los países latinos están buscando diversificar su portafolio de inversiones para mitigar el impacto de la crisis regional y global.
En suma, invertir en los Estados Unidos desde la región latinoamericana, no solo conlleva a interesantes retornos en el largo plazo, sino también está asociado al riesgo del país estadounidense que no es tan volátil como los latinoamericanos.