La innovación está presente desde los albores de la humanidad, ha impulsado importantes avances que han cambiado la forma en que vivimos, trabajamos, hacemos negocios y nos relacionamos, desde el descubrimiento del fuego, la invención de la rueda hasta la revolución digital.
Según lo expuesto diversos autores y expertos en el tema de la innovación, se pueden identificar diferentes tipos de innovación:
Clayton Christensen hizo la distinción entre innovación disruptiva e innovación sostenible, donde la innovación disruptiva se refiere a la introducción de nuevos productos o servicios que inicialmente pueden ser de menor calidad o rendimiento que los existentes, pero que eventualmente desplazan a los productos o servicios establecidos en el mercado. Por otro lado, la innovación sostenible se centra en mejorar continuamente los productos o servicios existentes para satisfacer las demandas cambiantes de los clientes.
Según Henry Chesbrough, hay dos tipos: innovación abierta e innovación cerrada. Chesbrough popularizó el concepto de innovación abierta, que se refiere a la práctica de buscar y aprovechar activamente el uso de los flujos internos y externos de conocimiento para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados para el uso externo de dicha innovación. Por el contrario, la innovación cerrada se basa en el desarrollo interno de ideas sin la participación de fuentes externas.
Así como también tenemos las propuestas de autores como Jorge Luis Boza Olivari, autor del libro “Mirando los negocios al revés”, para quien la innovación es solo una. Olivari considera a la innovación como "una forma de pensar diferente que nos permite identificar las creencias dominantes de nuestra industria y luego ir contra éstas, generando una solución novedosa e inédita y que, además, sea de valor para el consumidor".
En la actualidad, vivimos en una época en la que tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica y la biotecnología están revolucionando industrias completas y generando nuevas oportunidades comerciales. Sin embargo, la innovación trasciende la tecnología. Se trata de una mentalidad y cultura organizacional que fomenta la colaboración, la creatividad y la experimentación. Las empresas innovadoras son aquellas que se atreven a desafiar lo establecido, cuestionar las creencias dominantes de la industria y buscar soluciones innovadoras y únicas a los problemas actuales.
En el mundo empresarial somos testigos de que la innovación ha dejado de ser algo deseable para convertirse en un factor clave y mandatorio para el progreso, el desarrollo y la sostenibilidad. Abrazar la innovación, para una empresa, es ahora más que nunca la diferencia entre “ser y no ser”, sino recordemos los emblemáticos casos de Kodak, Blockbuster y BlackBerry, o del otro lado de la moneda los casos de Apple, Netflix, Tesla.