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Interoperabilidad: un paso fundamental para el desarrollo financiero de Latinoamérica
Mar, 10/10/2023 - 08:30

Ximena Aleman

Ximena Aleman de Prometeo
Ximena Aleman

Co-Fundadora y Co-CEO de Prometeo.

Latinoamérica se distingue por su diversidad, no sólo en cuanto a sus expresiones culturales, sino también en el desarrollo del ámbito financiero. La evolución hacia una industria más global y conectada ha destacado la importancia de la interoperabilidad como un desafío central para impulsar la inclusión y eficiencia en el sector bancario de la región.

La interoperabilidad financiera se refiere a la capacidad de diversas instituciones y plataformas para comunicarse y compartir datos de manera efectiva y estandarizada. Esta idea facilita el acceso interconectado a la información por parte de las empresas, además de fomentar la incorporación de nuevos métodos de pago electrónicos en tiempo real, fortaleciendo así la industria en general.

Al contar con las APIs como vehículos para lograr este único punto de acceso y lenguaje común, las empresas e instituciones financieras sólo necesitan llevar a cabo una integración, lo que agiliza aún más el proceso de transformación digital.

En el centro de esta revolución se encuentra la simplificación de las transacciones o pagos, y el acceso interconectado a datos por parte de las empresas, así como la estandarización de la información bancaria entre los sistemas de distintos países. Aunque estos elementos son cruciales para el progreso de la industria y benefician a las empresas al ofrecer experiencias eficaces, persiste una falta de infraestructura apta, lo que dificulta la interoperabilidad de terceros con las instituciones financieras.

En este panorama, Latinoamérica ha estado marcada por obstáculos y desafíos. Fronteras geográficas, barreras lingüísticas y una amplia gama de regulaciones locales han contribuido a la fragmentación del sistema financiero en compartimentos estáticos. Sin embargo, en los últimos años, la región ha trabajado arduamente para superar estas limitaciones y avanzar hacia un ecosistema más abierto y conectado.

Desde la introducción del código SWIFT en 1973, las transferencias internacionales de dinero han sido vitales en el ámbito financiero. No obstante, hasta hace poco, estas transacciones se veían restringidas por limitaciones de los modelos tradicionales y complejidades tecnológicas. Hoy, gracias al avance que ha tenido el Open Banking en distintos países de la región y la apificación de flujos interoperables, hemos logrado encaminar a Latinoamérica hacia un sistema más ágil y conectado por grandes autopistas de infraestructura tecnológica.

Dentro de los principales obstáculos para la interoperabilidad financiera, se encuentran la falta de estandarización en la presentación de datos bancarios, junto con la poca apertura para acceder a estos. La información bancaria a menudo se encuentra bajo la “tutela” de las instituciones bancarias y no es accesible, organizándose además en formatos y nomenclaturas distintas, lo que dificulta su lectura y análisis.

Para abordar estos desafíos, la estandarización de datos financieros a través de APIs, conectadas a un único punto de acceso, desempeña un papel esencial en simplificar este aspecto técnico, funcionando además como puentes que facilitan la comunicación entre dos sistemas. Con este avance, hemos logrado que los datos se presenten de manera uniforme, lo que facilita el acceso y la utilización de la información, agilizando así la toma de decisiones y la implementación de nuevas tecnologías en el sector.

En una región donde muchas personas aún carecen de acceso a servicios financieros básicos, la simplificación y agilización de las transacciones son fundamentales para la inclusión financiera. Tanto las empresas grandes como las pequeñas se benefician de la reducción de fricciones en los procesos, lo que les permite concentrarse en el crecimiento y expansión de sus operaciones.

Aunque el término ‘interoperabilidad financiera’ puede sonar técnico, es el pilar fundamental para avanzar hacia un sistema más inclusivo y eficiente en Latinoamérica. Facilitar las transacciones bancarias en la región no solo es deseable, sino esencial para el crecimiento económico y el bienestar de sus habitantes.

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