En medio de una crisis sanitaria, como la que estamos experimentando en la actualidad, se hace indispensable disponer de herramientas eficientes y efectivas que posibiliten el diagnóstico y monitoreo de enfermedades. En este sentido, las herramientas de imagenología como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), juegan un papel fundamental en la detección temprana de enfermedades y en el seguimiento de su progresión.

En la actualidad, los profesionales de la salud cuentan con herramientas tecnológicas que se han convertido en aliados indispensables. Estas herramientas permiten identificar patrones y características específicas de enfermedades, lo que facilita un diagnóstico preciso y oportuno. Soluciones como la tomografía computarizada espectral permite a los radiólogos observar y evaluar la atenuación de los tejidos en dos niveles, capturando información espectral el 100% de las veces. De esta manera, los equipos médicos pueden analizar retrospectivamente los datos espectrales de cualquier imagen, lo que no solo facilita el inicio de un tratamiento eficaz, sino que también agiliza el monitoreo de la evolución de la enfermedad en los pacientes.

Además, en tiempos de crisis sanitaria, los insumos médicos se vuelven más escasos y valiosos. Por lo tanto, la adopción rápida de nuevas tecnologías en imagenología permite a los centros hospitalarios aprovechar mejor sus recursos e insumos. Estas herramientas permiten el uso de dosis mucho menores de medios de contraste en los pacientes y también reducen los tiempos de exposición a los rayos X. También es importante tener en cuenta la escasez mundial de Helio, que es indispensable para el funcionamiento de la mayoría de los equipos de resonancia magnética a nivel global. Sin embargo, las nuevas tecnologías llevan a la operación de estos equipos, prácticamente libre de este gas noble.

Por otro lado, las áreas de imágenes médicas se enfrentan a una presión constante debido a la gran cantidad de exámenes que deben realizar y procesar, especialmente en momentos de crisis. Esto se suma a los presupuestos limitados, la complejidad del sistema, la falta de personal especializado y el aumento exponencial de datos. Todo esto tiene un gran impacto en los flujos de trabajo, que a menudo son fragmentados y están llenos de tareas administrativas engorrosas. Estas dificultades pueden poner en peligro la precisión de los diagnósticos y generar una carga innecesaria tanto para el personal médico como para los pacientes. Es necesario buscar métodos alternativos para optimizar estos procesos y garantizar la eficiencia en el sistema de imágenes médicas.

En este sentido, la digitalización de la salud juega un papel prioritario en la optimización de los flujos de trabajo. Es fundamental asegurar la interoperabilidad de los datos, la colaboración remota y virtual segura, el entrenamiento de los profesionales de la salud, la implementación y adopción de software. Estos aspectos son clave para mejorar cada fase de los procesos hospitalarios.

La digitalización de la salud es de vital importancia para garantizar un servicio sanitario de calidad y oportuno en los centros hospitalarios. Una vez más, las nuevas tecnologías son aliadas en este objetivo. En el caso de las herramientas de imagenología y las soluciones informáticas y aplicaciones relacionadas, permiten obtener resultados de calidad en una sola muestra, al mismo tiempo que fortalecen los flujos de trabajo y optimizan los recursos en beneficio del bienestar de los pacientes.