Sin lugar a dudas, hoy en día no escasean las fintech en América Latina ni en Argentina. Han surgido miles de ellas en los últimos años, y todas se esfuerzan por satisfacer las necesidades de una base de clientes cada vez más conocedora de la tecnología y financieramente madura.
Las finanzas corporativas y de consumo jamás volverán a ser las mismas, pero el espacio de las fintech es todavía incipiente, lo que significa que hay margen de crecimiento para los ganadores. Sin embargo, para asegurar las inversiones, deben demostrar diferenciadores claros que les permitan atraer más clientes, socios y empleados, y retenerlos.
Y es que es bien sabido que el capital inicial, aunque sigue estando disponible, es cada vez más escaso. Según la Asociación para la Inversión de Capital Privado en América Latina (LAVCA, por sus siglas en inglés), los efectos del aumento de las tasas de interés y el desaceleramiento de la economía mundial han impactado el flujo de inversiones a las startups. De hecho, el monto invertido en el primer y segundo trimestre de 2022 fue un 19% menor que en el mismo período del año anterior, de acuerdo con LAVCA.
Debido a las actuales dificultades económicas y a la inflación, los inversionistas están analizando cuidadosamente las valoraciones de las nuevas empresas antes de aprobar nuevas rondas de financiamiento, lo cual está obligando a todos los integrantes de la industria fintech a presentar resultados sólidos.
De acuerdo con el estudio El estado de la banca digital, 2022, realizado por Forrester, que encuestó a instituciones financieras de diferentes tamaños, el 88% de los encuestados señaló que sus proyectos no cumplían con las expectativas presupuestarias. Dado que los inversionistas continuamente las vigilan y analizan cada detalle de sus decisiones comerciales y tecnológicas, las fintech no pueden dejar de cumplir con los presupuestos previstos.
Aquí es donde destacan las ventajas de una arquitectura basada por componentes que permite la personalización efectiva sin tener que crear desde cero.
Si las fintech se enfrentan a dificultades a la hora de calcular con exactitud los plazos de implementación y los presupuestos de los proyectos, es probable que se excedan en sus previsiones de ingresos.
En este sentido, contar con el apoyo de socios experimentados en el ecosistema es, en última instancia, un estímulo para que las empresas fintech sigan avanzando y puedan mantenerse a flote a un menor costo, lo que representa una doble ventaja en tiempos económicos complejos.
Encontrar el socio adecuado puede ayudarles a acceder a las mejores plataformas para optimizar sus operaciones y garantizar que sean lo suficientemente sólidas para afrontar y navegar los problemas económicos actuales.