Últimamente, todos hemos tenido que ingeniárnoslas para sacar el máximo partido a nuestras operaciones y mantener el negocio en marcha. Y, al mismo tiempo, queremos innovar y crecer. De hecho, nunca ha habido un mejor momento para apostar por la transformación operativa. En Accenture identificamos cuatro niveles de madurez operativa: estable, eficiente, predictivo y preparado para el futuro. Descubrimos que las organizaciones preparadas para el futuro −aquellas que hacen que las operaciones sean más inteligentes− pueden flexibilizarse y obtener mejores resultados de crecimiento. La oportunidad es importante: a nivel mundial las ganancias podrían alcanzar los US$ 5,4 billones si las organizaciones pasaran a preparadas para el futuro.

La mala noticia es que sólo el 7% de las empresas a nivel mundial está preparada para el futuro. Casi dos tercios (62%) está acelerando la digitalización para apoyar el impulso de la velocidad de la innovación para los procesos, productos y servicios, en comparación con sólo el 36% del resto. El caso de Chile no es diferente y, de acuerdo con la última versión de nuestro estudio Techvision, aunque el 85% de los ejecutivos chilenos afirma que su arquitectura tecnológica es crítica para el éxito de su organización, sólo 59% aceleró su transformación digital producto de la pandemia.

Los directores generales, a nivel global, nos dicen que sus organizaciones han visto aumentar la automatización once veces en los últimos tres años. Sin embargo, la automatización por sí sola no es suficiente para estar preparados para el futuro y ellos lo saben: sólo el 2% de los directores generales a nivel mundial afirma que sus organizaciones están actualmente preparadas para el futuro y menos de una cuarta parte (21%) espera estarlo en 2023.

Parece haber una relación entre los ejecutivos que se centran en el crecimiento y la madurez general de las operaciones de la organización. Entre todos los ejecutivos, el 77% de los que se centra en el crecimiento pertenece a los dos niveles superiores de madurez operativa (predictivo y preparado para el futuro). Mientras que sólo el 45% de los ejecutivos centrados en la reducción de costos se encuentra en esos mismos dos niveles de madurez.

Aun así, los CEO se mostraron más cautelosos en las ocho medidas clave de madurez operativa de la encuesta (fuerza de trabajo ágil, análisis, inteligencia artificial (IA), automatización, colaboración entre empresas y tecnología, datos, prácticas líderes y experiencia de los stakeholders). Esta cautela es más evidente cuando se trata de la IA, donde el 35% de los directores generales ha logrado actualmente la adopción en uso amplio o a escala, en comparación con el 60% de todos los ejecutivos encuestados. En Chile, los ejecutivos reconocen la importancia de la IA y se encuentra entre las tecnologías prioritarias que proyectan escalar este año, con un 41%. La precede cloud, con un 44%.

Cada organización tiene su propia manera de manejar las demandas de su modelo operativo. Pero las empresas preparadas para el futuro conocen su objetivo final y alinean la tecnología, el talento, los datos y los procesos con la estrategia empresarial para mejorar sus modelos operativos. Automatizan a escala, potencian el talento humano con la tecnología y toman decisiones utilizando data de calidad para desbloquear el valor.

Para lograr operaciones inteligentes, los CEO deben enfocarse en tres elementos principales. Primero, utilizar las tecnologías como facilitadoras. Al usar la automatización y los procesos que las hacen más ágiles, las organizaciones pueden potenciar el talento humano y aumentar la productividad. Segundo, deben responder rápidamente para aprovechar el valor. Lo que antes tardaba años en hacerse, ahora se debe realizar en meses, sobre todo cuando hay una tensión adicional por la pandemia. La transformación operativa puede producirse cuando las organizaciones utilizan tecnologías diseñadas para ayudarles a expandirse y actuar con rapidez.

Finalmente, los CEO deben mezclar y combinar con un enfoque híbrido. Según nuestra experiencia de trabajo con organizaciones líderes, más del 60% ya está adoptando un enfoque híbrido para sus operaciones.

Por lo tanto, el foco está en alcanzar un equilibrio entre la tecnología, el talento y los procesos y, de esa forma, obtener la resiliencia necesaria en este escenario inestable que nos ha dejado la pandemia.