El comercio global interconecta las economías, con cada región dependiendo de las importaciones para una porción significativa de su consumo. Sin embargo, los cismas geopolíticos de los últimos años han reconfigurado el flujo del comercio internacional:
- Estados Unidos ha desviado su comercio desde China hacia economías como México y Vietnam.
- Europa se alejó del comercio con Rusia y aumentó el comercio con otros socios, en particular Estados Unidos.
- Las economías en desarrollo representan la mayoría de las importaciones y exportaciones de China.
Estos cambios han convertido a Latinoamérica en una pieza clave del rompecabezas mundial. Pero, ¿estamos listos para aprovecharla?
Una reconfiguración en marcha
Según el artículo Geopolitics and the geometry of global trade, de McKinsey Global Institute, Brasil ha fortalecido su comercio con economías de todo el mundo, mientras que México ha incrementado su participación en las exportaciones estadounidenses, gracias al nearshoring.
Además, China ha pasado de depender de mercados desarrollados a realizar la mayor parte de su comercio con países emergentes. Actualmente, es el principal país de destino de los productos peruanos, al demandar el 39,1% del volumen total exportado.
En ese sentido, Latinoamérica presenta un reto doble: la oportunidad de posicionarse como un socio clave y el riesgo de una relación desigual debido a la falta de valor agregado de sus productos.
Infraestructura y regulación: los cuellos de botella
La región enfrenta desafíos de infraestructura logística y eficiencia regulatoria, lo que encarece el comercio y frena la inversión. Latinoamérica tiene uno de los entornos regulatorios más complejos y burocráticos del mundo. Por ello, si la región quiere consolidarse en el comercio global, necesita de políticas más ágiles y predecibles que fomenten la integración y la competitividad.
¿El futuro está en Asia?
Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal socio de Latinoamérica, el creciente protagonismo de Asia en las importaciones y exportaciones regionales plantea un desafío: equilibrar las relaciones comerciales. Latinoamérica necesita nuevos acuerdos comerciales que promuevan el desarrollo industrial y tecnológico, en lugar de reforzar la dependencia de la exportación de bienes primarios.
Actuar con estrategia, no con inercia
El cambiante panorama del comercio global ofrece a Latinoamérica una oportunidad para redefinir su posición en la economía mundial, pero requiere una estrategia clara que combine diversificación, modernización de infraestructuras y una política comercial más agresiva y bien negociada. Sin ello, el potencial actual se convertirá en un espejismo en lugar de una ventaja sostenible.