Pasar al contenido principal

ES / EN

Lecciones de Roosevelt frente a la revolución Bitcoin
Vie, 28/05/2021 - 09:36

Yves Bonzon

Lecciones de Roosevelt frente a la revolución Bitcoin
Yves Bonzon

Group Chief Investment Officer de Julius Baer

El desarrollo de los activos digitales avanza a un ritmo vertiginoso. Aunque ya hay más de 6.000 criptomonedas, Bitcoin es el pionero en este universo y ha conseguido alcanzar un estatus único para los conversos del oro digital. Su capitalización ha alcanzado el billón de dólares, acompañado por titulares sensacionalistas y algunos registros impresionantes. Hoy en día, más del 70% de los propietarios de Bitcoin tienen en su poder menos de 0,01 unidades, eso sin contar aquellos que los mantienen a través de mercados regulados, como Coinbase o Kraken, que sumarían otro 15%.

Para la generación más joven y algunos teóricos conspiranoicos, esta criptomoneda cumple un papel de activo refugio frente a los alquimistas monetarios que gestionan los bancos centrales en la actualidad. Igual que el oro, no puede ser impreso por nuestros gobernantes y también genera problemas de almacenamiento. Efectivamente, Bitcoin, este objeto de culto, puede considerarse como oro digital. De hecho, los datos muestran cómo la proporción de compradores de Bitcoin de largo plazo está creciendo a expensas de aquellos que invierten con la simple intención de hacer trading.

Digitalizar la confianza

La popularidad de Bitcoin oculta numerosas tendencias más importantes que darán lugar a cambios económicos de gran envergadura a lo largo de las dos próximas décadas. En primer lugar, el comportamiento de Bitcoin y del resto de sus comparables ha estado ligado al exceso de liquidez en los mercados. A este respecto, creemos que el punto álgido de los estímulos monetarios ya se ha alcanzado, y que probablemente ya hemos visto los picos de valoración en los activos de riesgo. El hecho es que las criptodivisas son especialmente vulnerables a una caída de la liquidez, algo que tiene lógica ya que se trata de un proceso que incrementa el estatus de valor de las divisas FIAT.

Pero más importante que esto es la capacidad que tiene Bitcoin para digitalizar la confianza, gracias a las tecnologías de encriptado basadas en el blockchain. Sólo recientemente se han empezado a entender las implicaciones que esto tiene, y sus posibles aplicaciones. Algunos incluso aventuran el nacimiento de un nuevo sistema financiero global, descentralizado, que funcionaría con protocolos autónomos independientes y permitiría procesos comerciales, prestatarios y de aseguramiento. Esto supondría una disrupción para las entidades financieras reguladas, ya que ofrecería un servicio abierto con un coste marginal nulo.

De este modo, esta teoría expone la posibilidad de liberarnos de los gobiernos y su monopolio monetario. Uno de los argumentos principales de quienes apoyan esta tesis es que nadie puede cerrar ni intervenir el universo de las criptodivisas, ya que requeriría de un cierre total de Internet. Los gobiernos verían sus monopolios monetarios destrozados por divisas alternativas que están fuera de su alcance. Me temo que no estamos de acuerdo, y creemos que la historia nos puede servir de guía en este punto.

La enseñanza de Roosevelt: la degradación monetaria

En la depresión que se produjo a principio de los años 30, la Administración estadounidense de Franklin D. Roosevelt llevó a cabo un giro decisivo en su política cuando decidió devaluar el dólar frente al oro, creando una situación de relación que tuvo éxito y acabó con la crisis. Como parte de estas medidas excepcionales, el presidente Roosevelt aprobó una ley que prohibía la tenencia de oro por parte de un individuo.

Simple y efectivo: una persona podía tener oro, pero estaría cometiendo un delito. En el caso del oro, se puede vender por dólares en el mercado negro, pero es obvio que sería bastante más complicado tener monedas digitales prohibidas en una cartera que no pueda estar regulada, como un archivo encriptado en el ordenador.

En resumen: en la discusión sobre el Bitcoin, lo más interesante es la posibilidad de digitalizar la confianza, gracias a la tecnología blockchain. Sólo hemos empezado a entender sus implicaciones y las aplicaciones que tendrá esta revolución en la forma en la que se crean los contratos, cómo se comercian y se desarrollan. En cuanto a la posibilidad de un sistema financiero independiente, a los políticos les encanta odiar a la industria financiera, pero la realidad es que es muy útil; también para ellos. En definitiva, como ya nos enseñó Roosevelt, el oro digital no se podrá borrar, pero, como su antepasado físico, podrá ser prohibido.

 

Autores