Hace pocos días, la zona centro sur de Chile enfrentó lluvias y vientos extremos, alcanzando más de 120 km/h en varias regiones. Estos eventos meteorológicos causaron graves problemas, dejando a más de un millón de hogares sin electricidad ni conectividad y provocando muertes y heridos. Este fenómeno evidencia la creciente intensidad de eventos meteorológicos extremos debido al cambio climático.
Chile ha demostrado ser resiliente ante terremotos gracias a su infraestructura resistente a sismos y su cultura de prevención. Desde temprana edad, los chilenos aprendemos sobre la importancia de las medidas de seguridad, la construcción sismo-resistente y los protocolos de emergencia. La normativa de construcción ha sido rigurosamente adaptada y mejorada con cada gran terremoto, lo que ha permitido que edificios y puentes soporten movimientos telúricos que, en otros países, habrían causado devastación total y miles de muertes.
Ahora, esta experiencia debe aplicarse a la adaptación climática. Mientras trabajamos en la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, es crucial adaptarse y ser resilientes a los efectos actuales del cambio climático, como las sequías extremas, las lluvias torrenciales, inundaciones, vientos de alta magnitud, marejadas intensas, fenómenos de remoción en masa, entre otros.
Estrategias de Adaptación y resiliencia:
1. Infraestructura Sostenible: Implementar sistemas de drenaje que puedan manejar grandes volúmenes de agua, fortificar las redes eléctricas y de telecomunicaciones, y diseñar edificios y servicios que puedan resistir no sólo terremotos, sino también fuertes vientos y tormentas.
2. Gestión del Agua: Mejorar la eficiencia del agua con tecnologías de riego eficientes, la reutilización de aguas grises y la construcción de embalses para asegurar un suministro constante, incluso en tiempos de escasez.
3. Reforestación y Protección de Ecosistemas: Proteger y restaurar ecosistemas naturales que no solo ayudan a mitigar el cambio climático capturando CO2, sino que también actúan como barreras naturales contra inundaciones y deslizamientos de tierra.
4. Planes de Emergencia y Educación: Educar y preparar a la población para eventos climáticos extremos, creando sistemas de alerta temprana específicos para estos eventos que pueden salvar vidas y reducir daños.
5. Innovación y Tecnología: Invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para la mitigación y adaptación al cambio climático, incluyendo energías renovables y soluciones innovadoras para la agricultura y la gestión de recursos naturales.
Chile tiene la oportunidad de liderar en adaptación y resiliencia climática, utilizando la experiencia y las lecciones aprendidas de su historia sísmica. La determinación, la preparación y la capacidad de recuperación que han permitido enfrentar terremotos devastadores deben ser ahora canalizadas para enfrentar un desafío igualmente formidable.
Al hacerlo, Chile no solo protegerá a sus ciudadanos y su infraestructura, sino que también podrá servir como modelo para otras naciones que enfrentan los mismos retos climáticos. La clave está en reconocer que, aunque los desafíos sean diferentes, la solución reside en adaptarnos, prepararnos y ser resilientes.