El liderazgo femenino impulsa la innovación al aportar nuevas perspectivas, fomentar la creatividad y enriquecer la toma de decisiones con enfoques diversos. Las empresas con mayor diversidad en sus equipos no solo son más inclusivas, sino también más competitivas y exitosas en un mundo en constante cambio. Según un informe de McKinsey & Company, las empresas con mayor diversidad de género tienen un 21% más de probabilidades de ser más rentables. En el ámbito tecnológico, esta diversidad es aún más crucial, ya que el sector necesita más mujeres en posiciones de liderazgo, más voces que aporten nuevas ideas y soluciones innovadoras. El talento femenino no es solo necesario, es imprescindible para el futuro del sector.

¿Qué pasaría si más mujeres lideraran la tecnología? El sector sería más diverso, innovador y disruptivo. Pero para lograrlo, es necesario desafiar las barreras que aún persisten. Según el Foro Económico Mundial, el 28% de la fuerza laboral tecnológica global está formada por mujeres, y solo el 25% de los puestos de liderazgo en tecnología son ocupados por ellas. Estas cifras muestran que, aunque ha habido avances, aún queda mucho por hacer para lograr una representación equitativa.

Cuando comencé mi camino en tecnología, sabía que estaba entrando en un mundo donde pocas mujeres habían logrado hacerse un espacio. Sin embargo, no me enfoqué en los desafíos, sino en las oportunidades. Desde pequeña, me fascinaba cómo la tecnología podía transformar realidades y resolver problemas complejos. Decidí que quería ser parte de esa transformación.

A lo largo de mi carrera, enfrenté prejuicios de género y la constante necesidad de demostrar mi capacidad en un sector altamente competitivo. Sin embargo, aprendí que el mayor obstáculo no está afuera, sino dentro de nosotras mismas. Mi padre ha sido y es mi gran soporte, desde pequeña me inculcó una enseñanza que ha sido mi guía: “La única responsable de lo que quieres lograr eres tú misma”. Esta frase ha marcado mi trayectoria y me ha recordado que la determinación y la confianza son claves para avanzar.

Mis raíces chinas han influido profundamente en mi liderazgo. Crecí con valores como la justicia, el honor, la disciplina, la resiliencia y el respeto, principios que han sido fundamentales en mi desarrollo profesional. Aprendí que la paciencia y la estrategia son clave para tomar decisiones acertadas y construir un camino sólido en cualquier ámbito, especialmente en un sector tan dinámico como el tecnológico.

Para aquellas jóvenes que inician su camino en tecnología, quiero compartir tres aprendizajes esenciales. Primero, confíen en sí mismas y no esperen estar 100 % preparadas para dar el siguiente paso. El crecimiento ocurre en el camino, no antes de emprenderlo. Segundo, vean los desafíos como oportunidades de aprendizaje y no como obstáculos insuperables. Cada reto es una oportunidad para fortalecer habilidades y demostrar capacidad. Y tercero, rodéense de una red de apoyo: mentores, colegas y personas que impulsen su desarrollo profesional. Nadie avanza solo.

A todas las niñas y mujeres que sueñan con cambiar el mundo ¡LAS NECESITAMOS! Su curiosidad, creatividad y perspectiva única son fundamentales para resolver los desafíos del mañana.