Las fusiones y adquisiciones (M&As, por sus siglas en inglés) no son procesos novedosos para la industria financiera, todo lo contrario. La gran mayoría de las entidades han expandido su negocio y hasta cruzado fronteras gracias a estas operaciones. Sin embargo, y a pesar del avance de la tecnología, la fusión de dos entidades se posiciona como una de las tareas más complejas.
Y es que, aunque crecer mediante adquisiciones es una estrategia posible, plantea numerosos desafíos operativos: ¿Cómo hago para generar una transición para los clientes que sea sin fricciones? ¿Cómo garantizo que la visión financiero-contable sea consistente y unificada? ¿Cómo sostengo una visión única del cliente que minimice la disrupción en el front office?
En Argentina, abril trajo un gran anuncio: la compra por parte del Banco Galicia de la subsidiaria de HSBC en Argentina por US$ 550 millones, un paquete que incluye el banco, Asset Management y Seguros, y según se comunicó, unos US$100 millones de deuda. El sistema financiero local está en auge y las perspectivas a futuro nos abren la puerta a nuevos (y no tan nuevos) interrogantes…
Los desafíos tecnológicos de la adquisición
¿Cómo unir operaciones sin fricciones en el intento? Los desafíos son muchos, pero es relevante enfocarse en los estructurales.
Primero está la fusión del “core bancario”, es decir, los estados de cuenta y productos. Acá es donde surge el primer gran dilema: no todas las entidades tienen los mismos sistemas, las tecnologías son divergentes Por lo tanto, es fundamental trabajar en lo que llamamos “espacios de convivencia” soluciones que puedan integrar el core del negocio.
El segundo desafío es financiero y le corresponde al CFO, responsable de hacer un merge financiero que habilite una visión unificada sin arriesgar la operación ya existente. Se deben unificar los sistemas de gestión (ERP) y el backoffice.
Sonny Singh, vicepresidente ejecutivo y general Manager de los servicios financieros de Oracle a nivel global explica que los bancos más que, entidades financieras, serán empresas de tecnología con licencias bancarias. Será cada vez más común ver a entidades lanzando sus propias plataformas financieras. También vamos a ver muchas más inversiones en la banca corporativa ligadas a la digitalización y modernización de sus servicios.
De la mano de la IA
Si los desafíos son muchos y evidentes, la pregunta del millón está en cómo juega la Inteligencia Artificial y sobre todo, la generativa, en estos procesos. Y la respuesta es que puede ser una jugadora de toda la cancha, acelerando evaluaciones que podrían llevar meses, y en algunos casos, años.
Su incorporación en las aplicaciones permite ampliar los servicios ya existentes con análisis que no se limitan solo a la generación diaria de informes transaccionales, sino que ayudan a mejorar la toma de decisiones mediante la combinación de insights basados en datos con acciones inteligentes.
En el caso de los equipos financieros, las nuevas capacidad de la IA (dentro las soluciones de ERP) ayudan a los clientes a analizar el historial de cobros para predecir mejor el riesgo y el plazo de pago, obtener insights más detallados sobre el gasto de la empresa para identificar las clasificaciones adecuadas y detectar y marcar automáticamente anomalías en los gastos.
Solo por mencionar un caso, uno de estos modelos disponibles señala los clientes que presentan el riesgo de abonar las facturas con retraso, basándose en datos históricos de cuentas a cobrar vencidas; y otro nuevo modelo identifica el riesgo de que la propia empresa pague con retraso a los proveedores para aprovechar al máximo los descuentos y mejorar las relaciones con ellos.
En este sentido, las fusiones y adquisiciones llevan implícitas una transformación digital, por lo tanto, y a pesar de sus dificultades, pueden representar una excelente posibilidad para redoblar la apuesta e ir un paso más allá ¿Si hay que unificar operaciones, por qué no modernizarlas?