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Los talentos mineros de mañana, hoy
Jue, 23/05/2024 - 08:00

Carola Espinoza

Carola Espinoza Directora del Centro de Formación Komatsu
Carola Espinoza

Directora del Centro de Formación Komatsu

Los procesos de formación son claves para la prospección de la minería. Actualmente estamos experimentando un punto de inflexión en dicha materia, en especial al considerar que tenemos a toda una generación adulta ad-portas de la jubilación. En contraposición, podemos detectar a jóvenes −de las generaciones millennials y centennials− que están interesándose en hacer una carrera en un sector que continúa siendo clave para el desarrollo y crecimiento del país. 

La realidad es que, por un lado, la etapa laboral de miles de adultos está acercándose al cumplimiento de un ciclo profesional y técnico, mientras que empresas y proveedores mineros están aplicando fórmulas para ser atractivos para las nuevas generaciones. En medio de este escenario está el 80% de déficit de la fuerza laboral en dicho sector, lo que se traduce en la necesidad de más de 34.000 trabajadores. Las cifras del estudio de "Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2023-2032", realizado por la Alianza Consejo de Competencias Mineras-Eleva, demuestran que el capital humano es un bien escaso, además de ser uno de los desafíos claves para que Chile pueda materializar la tan anhelada minería 4.0.

En los últimos años, el sector minero ha avanzado en los procesos de convertibilidad laboral, teniendo presente la incorporación de nuevas tecnologías. Lo anterior modificó la composición del operador minero, convirtiéndose éste en un profesional que tiene que ser capaz de comprender y aplicar innovaciones y contenidos como el análisis de data, la utilización de herramientas y vehículos remotos, además de procesos de gestión que demandan no sólo conocimientos digitales, sino también habilidades blandas, siendo una de éstas la capacidad para liderar y conformar equipos de trabajo. El estudio citado revela que la brecha que experimentamos hacia 2032 está centrado en personas que puedan transformarse en mantenedores mecánicos (8.876), operadores de equipos móviles (5.052), operadores de equipos fijos (4.300), supervisores de mantenimiento (1.692) y operadores eléctricos (1.030). 

En ese contexto, las empresas y proveedores mineros −en especial las multinacionales− han avanzado en la integralidad de contenidos relativos a las preocupaciones de las nuevas generaciones en torno al género, la compatibilidad entre la vida laboral y familiar, como también el desarrollo de espacios para la perfección profesional.

Con relación a este punto, es importante recalcar los progresos en torno a políticas de trabajo y compliance que están dando espacio, por ejemplo, para el desarrollo de la mujer en una industria que hace dos décadas era principalmente masculinizada.  

Actualmente hemos observado cómo la generación de recambio, tanto hombres como mujeres, se están interesando por desarrollar una carrera en torno a la minería. Aquello está expresado en jóvenes provenientes de diversos antecedentes sociales, educativos y culturales que ven en el rubro una oportunidad al estar enfocada en la especialización, a la vez que ofrece espacios para toda una generación interesada en sumar diferentes tipos de experiencias.

Entonces, ¿cómo seguir reduciendo la brecha de aquel 80% de déficit?

Las respuestas pueden ser múltiples, pero una vía es a través de procesos de enseñanza integrales, siendo uno de ellos la metodología de la formación dual que permite a los estudiantes procesos de aprendizaje tanto teóricos como prácticos.

Otra forma que podremos contrarrestar la cifra de los 34.000 trabajadores requeridos para la minería chilena yace en que podamos contar los casos de éxito de jóvenes que están comenzando una vida laboral y personal en torno a este sector. La red Compromiso Minero, que actualmente convoca a más de 110 organizaciones del ecosistema minero chileno, lanzó la iniciativa “Sí, Soy Miner@”, a través de la cual hombres y mujeres, por medio de cápsulas audiovisuales, relatan sus experiencias y cómo están contribuyendo al desarrollo de las nuevas realidades de la minería. Este tipo de iniciativas, sin duda, muestran otras realidades e inspiran a las nuevas generaciones. Es así que los diversos actores de la minería, como también el Estado, estamos llamados a que, en conjunto, podamos motivar a los futuros talentos a pensar desde ya en la minería como un espacio para aportar positivos cambios para la conformación de nuevas realidades.