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Los temores tras parte del voto republicano
Lun, 12/10/2020 - 09:26

Farid Kahhat

Las buenas noticias que trae el fallido atentado a Times Square
Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

El actor estadounidense James Woods colocó en 2020 una foto del presidente Trump en su cuenta de Twitter, coronada por el siguiente mensaje: “Esta es nuestra batalla final, amigos. Y este es tu último defensor. Si lo derrotan, América se habrá perdido para siempre. Vota por Donald Trump como si tu vida dependiera de ello”. Pareciera una hipérbole incluso para los estándares de una producción épica de Hollywood. Pero alude a temores reales, que son comunes entre blancos no hispanos en Estados Unidos. Esos temores derivarían de la transición demográfica en curso en ese país, la cual puede resumirse en tres datos. En primer lugar, 2013 fue el primer año en la historia de los Estados Unidos en que la mayoría de niños menores de un año no formaba parte de ese grupo étnico. En segundo lugar, 2016 fue el primer año en el que las muertes entre blancos no hispanos superaron los nacimientos. Por último, según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en 2045 los blancos no hispanos serán por primera vez una minoría en ese país. 

Existen estudios, como el de Maureen Craig y Jennifer Richeson de Northwestern University, que explican los efectos políticos de esa transición demográfica. Por ejemplo, cuando blancos no hispanos que se autodefinen como independientes son expuestos a información sobre la transición demográfica en curso, crece en un 11% la probabilidad de que respalden al Partido Republicano. Pero parte de los afro-americanos y los asiático-americanos también se tornan más conservadores cuando se les brinda información sobre la proporción creciente de la población estadounidense que representan los latinos (a expensas de las minorías a las que ellos pertenecen). El estudio concluye que, allí donde la etnicidad es una fuente de identidad política, la reducción de la proporción que el propio grupo representa dentro de la población genera la percepción de que el estatus de ese grupo en la sociedad se encuentra bajo amenaza. Lo cual, a su vez, explicaría el viraje hacia posiciones que buscan conservar el statu quo.

Sin embargo, en un reportaje para el portal de noticias Vox, Ezra Klein brinda un ejemplo interesante: entre 1990 y el 2000, el Estado de California atravesó por la misma transición demográfica que atraviesa hoy el conjunto de Estados Unidos. Durante la misma, también crecieron los movimientos conservadores que buscaban restringir tanto el número de inmigrantes como la influencia cultural que esos inmigrantes pudieran tener sobre el Estado. En el interregno en mención, por ejemplo, se aprobó en 1994 por voto popular la iniciativa 187, la cual prohibía a los inmigrantes indocumentados emplear servicios públicos del Estado (como los de salud y educación). Volviendo al temor a perder estatus producto de la transición demográfica, no es casual que esa fuera conocida como la iniciativa “Save Our State” (cuyo acrónimo, SOS, es el pedido de socorro más utilizado internacionalmente). En 1996 se aprobó la iniciativa 209, que prohibía la denominada “Acción Afirmativa” (es decir, el establecimiento de cuotas en favor de grupos definidos por raza, etnicidad o sexo, como forma de revertir los efectos de la discriminación que padecieron históricamente). Por último, en 1998 se aprobó la iniciativa 227, que restringía en forma drástica el empleo del español en la enseñanza pública.   

Pese a todo ello, en 2000 los blancos no hispanos se convirtieron en minoría en California, sin que ello pareciera confirmar sus temores. Después de ese año, no volvieron a prosperar iniciativas como las que enumeramos. Más aún, la iniciativa 227 fue revocada en 2016 a través de una nueva consulta popular. La explicación de la diferencia sería la conducta de los actores políticos frente a esos temores: mientras en años recientes dirigentes como Donald John Trump los atizan con fines electorales, dirigentes como Barak Hussein Obama (sí, coloco el nombre completo adrede), bosquejan un discurso electoral incluyente, que busca atenuarlos.      

 

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