Según la encuesta de liderazgo de Fundadoras, son cuatro las principales razones por las que las mujeres deciden emprender: libertad de horarios y acción, aumentar ingresos, generar un impacto positivo en la sociedad y conciliar mejor su maternidad con el trabajo.
La mayoría de ellas vienen de un trabajo en relación de dependencia, del cual decidieron salir en búsqueda de nuevos desafíos personales y profesionales, buscando un bienestar integral. De ellas, un 90% menciona que su calidad de vida se ha visto mejorada por emprender.
Y es que emprender en las mujeres no se trata solamente de generar ingresos; hay una moneda de cambio quizás aún más valiosa que, si la incentivamos, la economía se ve igual o más fortalecida que si únicamente ponemos foco en el dinero.
A las mujeres nos mueven nuestros hijos, nos mueve nuestro desarrollo personal y profesional, monetizar nuestros talentos, ayudar a otros, nos mueve transformar la realidad en la que vivimos, aprender, progresar y sentirnos libres. Mientras generamos ingresos.
Es así que poner por delante estos conceptos ha animado a miles de mujeres a emprender, de todos los niveles socioeconómicos, de diferentes orígenes, latitudes y niveles de estudios. Y es que emprender te da algo absolutamente valioso para los tiempos que corren. Autonomía y crecimiento sin ningún límite. Mientras tanto viven en una búsqueda constante de bienestar donde se saben útiles, queridas y reconocidas y donde generar mejores ingresos depende únicamente de las decisiones que van tomando.
¡Estas mujeres son tan valiosas para la sociedad en general!
Y, ¿quiénes son los más beneficiados? Todos a su alrededor. Niños cuyas madres logran estar presentes. Familias que crecen económicamente y en bienestar. Y problemáticas sociales que se solucionan pues muchas veces somos solamente nosotras las que podemos verlas.
Incentivar a las mujeres a emprender y ponerlas al centro es tan relevante e importante como se ha incentivado en los últimos años a las mujeres a ocupar altos cargos o a desarrollarse en sectores no tradicionales.
Sin embargo, a la mujer emprendedora se la ha trabajado con una mirada asistencialista. Tenemos trabajo por hacer.
Después de ver pasar por nuestra escuela de emprendimiento femenino -Fundadoras- a más de 50 mil mujeres, puedo decir con propiedad que las mujeres emprendedoras hoy:
- Estudian y pagan capacitación para crecer económicamente.
- Son las principales tomadoras de decisión de compra en sus hogares.
- Son referentes para sus grupos de amigos y familia. Ellas inspiran a otros.
- Están en constante búsqueda de progreso, lo que las pone en un nivel de consciencia elevado y son capaces de visualizar problemáticas relevantes para todos.
Una mujer emprendedora es capaz de multiplicar todo a su alrededor, de esto no cabe duda. Si bien aún seguimos recibiendo mensajes como: “Mujer, tú puedes”, (porque no podemos desconocer que hay miles que todavía no están pudiendo) creo que es hora de que todos los actores recordemos que hay un grupo de miles de mujeres emprendedoras que ya sabemos que podemos, que estamos pudiendo, ya estamos listas y suficientemente empoderadas para ocupar un espacio diferente y poderoso.
Me mueve profundamente poner a la mujer emprendedora en el centro y trabajar en hacer consciente a la mayoría de los tomadores de decisiones que si es que trabajamos en fortalecerlas a ellas veremos cómo todo crece y no sólo lo económico, hay muchas más monedas de cambio que fortalecen por sobre todo el bienestar social.