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Mujeres sin red
Lun, 08/03/2021 - 09:06

Verónica Vargas Soto

Mujeres sin red
Verónica Vargas Soto

Docente de la Universidad del Pacífico y de Lidera UP

Hoy, lunes 8 de marzo, se conmemora el Día de la Mujer y es un buen momento para parar pensar y analizar cómo vamos. Estamos viviendo en un país con una tremenda crisis sanitaria y económica y algunas cosas han cambiado en el último año. Para la mayoría de los peruanos la casa está siendo el espacio para combinar actividades laborales, educativas, familiares y domésticas. Las redes de soporte presenciales como la ayuda de familiares, centros educativos o de cuidado se ha visto limitada. La interacción con personas de nuestro núcleo familiar ha aumentado y se han reducido las de nuestro grupo familiar extendido.

En los mundos laboral, educativo y social también ha habido cambios. La interacción laboral se ha centralizado al equipo directo de trabajo, mientras que las conversaciones de pasillo o a la hora de almuerzo con personas fuera del círculo directo, probablemente, han desaparecido. Es posible que también haya habido distanciamiento de grupos de amigos y grupos de “conocidos”. Y, si pensamos en personas en etapa de formación, vemos cómo muchas personas han sido separadas de espacios educativos formales ya sea por falta de recursos o de conectividad.

¿Qué tiene todo esto que ver con el Día de la Mujer? La respuesta es mucho. Algunos de los grandes desafíos ligados a las mujeres como la violencia familiar, la carga familiar que recae sobre ellas, la falta de acceso a educación completa, las limitaciones para alcanzar puestos más altos en las organizaciones y una remuneración equitativa suelen tener como una alternativa de intervención contar con redes de soporte.

Los amigos, las personas del trabajo o incluso las personas a las que no conocemos tanto suelen contener, aconsejar y apoyar a quienes tienen un problema como los ya mencionados y que no saben de qué manera enfrentarlo. Las redes de soporte son uno de los brazos con los que los seres humanos en general, y las mujeres en particular, contamos para tener puntos de vista diferentes y tomar decisiones. Hoy estas redes de soporte se han perdido o debilitado y estamos en un contexto en el que la violencia familiar ha aumentado, los problemas de salud mental se han incrementado y están siendo menos tratados que antes.

¿Cómo salimos de esta situación? ¿Qué podemos hacer los lectores en el día a día? Para responder a esta pregunta traigo el concepto de liderazgo. El liderazgo, tradicionalmente, se refería a ciertos rasgos de personalidad que tienen algunas personas “especiales”, porque así nacieron. Hoy el liderazgo ha dejado de ser un privilegio para algunos para pasar a ser visto como una decisión, la decisión de hacerte cargo de un desafío. Una mujer puede decidir romper paradigmas y luchar para darle la vuelta a uno de los desafíos que enfrenta. Sin embargo, lo complejo es que la decisión personal no es suficiente, se requiere un soporte externo. Nadie ejerce liderazgo en soledad, se ejerce liderazgo en equipo.

De esta manera, si te preocupa la situación de las mujeres en el país, ¿qué puedes hacer? Puedes decidir tomar contacto con mujeres mayores que sabes están solas. Puedes decidir escuchar y empatizar con quien no da más por la sobrecarga laboral o familiar. Puedes optar por preguntar a las mujeres de tu equipo qué necesitan y quizá hasta ofrecerles mentoría. Puedes decidir no hacer nada, también es una opción, mala para mí, pero es una opción.