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Oliver Williamson y el papel de la política pública en la economía
Mar, 05/03/2019 - 12:51

Karelys Abarca

Los controles de precios, miles de años de desatinos
Karelys Abarca

Karelys Abarca es Economista, egresada de la Universidad Central de Venezuela, y Profesora-Investigadora en la Facultad de Economía de esta casa de estudios. Ha sido dos veces Premio Nacional Alberto Adriani, galardón otorgado por el Banco Central de Venezuela y la Fundación Alberto Adriani. Twitter: @karelitabarca

Oliver Williamson fue Premio Nobel de Economía el año 2009, el mismo año que recibió ese honor Elinor Ostrom. Tanto Williamson como Ostrom sintetizan en sus aportes los logros de una nueva corriente de pensamiento de la ciencia económica, que pone en tela de juicio muchos de los supuestos de la visión neoclásica, como lo son la racionalidad ilimitada, la elección, el mercado como el centro de la vida económica, la economía sin costos transaccionales, el supuesto de la competencia perfecta, entre otros.

La "nueva economía institucional", a la que pertenece Williamson, estudia las instituciones y cómo interactúan estas a través de organizaciones; asimismo, sobre cómo la relación instituciones-organizaciones impactan a la economía y la sociedad. Cabe destacar que cuando hablamos de instituciones hacemos referencia a las reglas, normas y restricciones que existen en la sociedad, y que incluyen códigos de conducta, normas de comportamiento y creencias, constituciones, leyes y reglas que gobiernan la política y la sociedad, además de acuerdos y reglas escritas que rigen las relaciones contractuales. Mientras que las organizaciones, de acuerdo a la nueva economía institucional, son distintos modos de gobernanza que los agentes económicos ponen en marcha para poder realizar transacciones y potenciar la actividad productiva basada en el intercambio. Estas fórmulas organizativas incluyen mercados, empresas e instituciones (relaciones contractuales, así como los comportamientos subyacentes a esos acuerdos).

En particular, a Williamson se le reconoce por su análisis de la gobernanza económica, centrada en la figura de la empresa, una línea de investigación que dio continuidad a la perspectiva de Coase sobre la naturaleza de los costos de transacción a los que se enfrenta una empresa, en un mundo lleno de instituciones generadoras de costos (que surgen a través de leyes, regulaciones, controles y negociaciones de intercambio).

Porque en la realidad económica los mercados perfectos, con costos de transacción nulos, no existen. Los mercados reales se caracterizan por la presencia de costos de transacción positivos, y cuando estos costos superan a los beneficios esperados del intercambio, este deja de llevarse a cabo y el mercado pierde fuerza y comienza a erosionarse. De este modo, cuanto mayores sean los costos de transacción, más se encarece la contratación y por tanto, más se dificulta la cooperación vía intercambio.

Con las bases teóricas de Coase y las categorías institucionales de autores de la nueva economía institucional como Douglas North, Willianson planteó un marco conceptual de gobernanza, donde la empresa es el centro de la vida económica en vez de una simple célula del proceso productivo en una economía de mercado. La empresa es el eje de la gobernanza económica de la sociedad para Williamson, de manera que puede incidir más en la solución de algunos problemas que el propio Estado, siendo el mercado apenas una alternativa posible.

En el esquema conceptual de Oliver Williamson la empresa surge a través de la libre interacción entre individuos imperfectos y desiguales que operan en contextos también imperfectos, para lograr economías en materia de costes de transacción. Son individuos imperfectos por ser proclives al oportunismo y porque intentan comportarse de forma racional, pero sólo lo consiguen de manera limitada.

Por lo tanto, la decisión de participar en un mercado depende del nivel de costos transaccionales que posea la sociedad. En economías donde el Estado genera costos transaccionales a través de controles de precios, irrespeto a los contratos, inseguridad jurídica y regulaciones directas a los sectores económicos estratégicos, la integración vertical se convierte en la opción más eficiente de supervivencia y prevalecen las estructuras monopólicas (es el caso de las grandes empresas que sobreviven en Venezuela a pesar de la crisis o los monopolios que sobrevivieron a los años 30' del siglo XX en la convulsionada Europa).

Williamson propone que la política pública debe velar porque las reglas del juego (instituciones) sean claras y precisas, mitiguen los costos de transacción y favorezcan el equilibrio entre mercado, empresas y Estado. Por lo tanto, desde el enfoque técnico más estricto de la política pública, esta no puede ser jerarquizada desde el gobierno, sino que debe velar por la participación de los agentes involucrados y ser legitimada constantemente por ellos.

La política pública, de acuerdo a Williamson, debe buscar una buena gobernanza económica, velando por que se respeten los derechos de propiedad, el cumplimiento de los contratos y la participación ciudadana, reduciendo así los costos de transacción. El Estado no puede ser un generador de costos transaccionales desde la política pública, con lo que también debe velar por una política económica coherente (fiscal y monetaria), creando un entorno macroeconómico eficiente, que promueva y fortaleza el mercado.

Si las empresas son las células vitales de la gobernanza económica, determinantes en la solución de problemas sociales, el gobierno que administre la estructura estatal, en vez de diseñar políticas de persecución y control sobre empresas, debe fomentar que se desarrollen en un entorno sustentable.

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