Positivo es el plan especial para la recuperación de espacios públicos anunciado por el gobierno de Chile, con una inversión inicial de CL$10.000 millones, tras los daños registrados por la crisis social. Sin embargo, en la antesala de toda "reconstrucción" hay un elemento clave: la participación ciudadana para la construcción de ciudades inteligentes.

Un ejemplo de esta transformación, y que es importante destacar, la experimentó la Región Metropolitana de Dijon, en Francia. La compañía francesa Citelum, junto a sus socios estratégicos Bouygues Energies & Services y Suez, convirtieron a esa metrópolis, de 23 comunas y 252 mil habitantes, en una ciudad inteligente con participación ciudadana.

La primera fase del proyecto "OnDijon" partió este año y garantizaría un ahorro energético del 65%, debido al recambio de luminaria a tecnología led, además de una reducción del 50% de los costos de mantenimiento, al final de los doce años del contrato.

En ese contexto, es importante destacar la creación de nuevos servicios públicos inteligentes en transporte y energía, que facilitan el acceso a la información con intercambios directos entre los ciudadanos y las autoridades locales, a través de un Puesto de Control Centralizado, en reemplazo de seis estaciones de control existentes.

El acceso a los datos generados por los servicios públicos (circulación, iluminación, agua, etc.), a través de una plataforma open data, pavimenta el camino para la aparición de un ecosistema de startups locales que genere más empleo local.

Este tipo de desarrollo urbano puede ser replicable en Chile, ya que permite a los habitantes participar en la nueva gobernanza urbana de su ciudad y de un modo proactivo.