Durante los últimos años, existe un esfuerzo de las instituciones públicas y privadas para incentivar la participación femenina en sectores que comúnmente estaban dominados por hombres. Según el Informe de Género de la Comisión para el Mercado Financiero de 2023, la participación de mujeres en puestos directivos alcanzó el 17,1% en Chile. En el caso de la industria TI, la situación no es muy alentadora, de acuerdo con el estudio Mujeres en Tecnología LATAM 2023, Chile es el país con menor presencia femenina en la industria tecnológica del continente con apenas un 18%.
Al ser una industria dominada por hombres, la irrupción femenina le ha entregado a las empresas una manera nueva de buscar soluciones a los problemas que se les presentan. Temas como el enfoque en la sensibilidad respecto a la experiencia del cliente, la innovación y adaptabilidad, así como una mayor diversidad de la fuerza laboral de la industria son algunos de los aportes más destacados que se observan hoy.
Pero no solo tenemos para aportar con nuestra sensibilidad, en los últimos años hemos sido testigos de la irrupción de mujeres en distintos equipos de trabajo. Temas ligados a programación o ciberseguridad, por ejemplo, pueden ser igual de bien desarrollados por hombres como por mujeres, las principales diferencias son culturales y cada vez se van derrumbando más.
Aún queda mucho por avanzar para aumentar las cifras y lograr un equilibrio. En ese sentido sería importante comenzar por nivelar la brecha educacional que existe hoy en el país.
Según el estudio sobre la Brechas de Género en la Educación Superior, solamente 17.238 mujeres se matricularon en carreras STEM en 2022, lo que representa una leve disminución en comparación a la cifra registrada en 2018. Si bien existen algunas iniciativas como la realización de capacitaciones y cursos de especialización, es importante crear nuevas políticas que creen las condiciones óptimas para que las jóvenes vean en esta industria un campo en el cual desarrollar sus vidas profesionales.
Además de nivelar la brecha educacional, es fundamental promover una cultura empresarial inclusiva y equitativa que fomente el desarrollo y el ascenso de las mujeres en la industria tecnológica. Esto implica implementar políticas de igualdad salarial, facilitar el acceso a programas de formación y capacitación, así como establecer medidas concretas para prevenir la discriminación de género en el lugar de trabajo.
Al crear entornos laborales más justos y equitativos, no solo se impulsará la participación de las mujeres en la industria tecnológica, sino que también se fortalecerá tanto la diversidad como la innovación en las empresas, beneficiando a toda la sociedad y abriendo las puertas para que cada persona, sin importar su género, pueda incursionar en el rubro que le interese y permitiendo su inclusión en un ambiente confiable, lo que sin dudas mejorará la productividad y la cohesión de los equipos de trabajo, así como de las organizaciones.
No por nada hoy vemos mujeres sentadas en la silla directiva de grandes empresas transnacionales, como CEO en un país o a nivel global, ejemplo de esto está la presidenta y CEO de CVS Health, Karen Lynch, Julie Sweet, presidenta y CEO de Accenture (una empresa 100% tecnológica), Jane Fraser, CEO de Citi, y Mary Barra, presidenta y CEO de General Motors.
Lo anterior solo por mencionar algunos casos puntuales que nos permiten evidenciar cómo nos vamos abriendo camino, en diferentes rubros; sin embargo -es necesario decirlo- existe un largo camino que recorrer, no solo en Chile, es algo que en Infracommerce vemos a nivel Latam y que día con día trabajamos para aportar nuestro granito de arena.
Es fundamental darle más visibilidad a las mujeres de éxito a todo nivel, desde empresarias, emprendedoras, directoras, representantes, expertas, líderes, etcétera. Es necesario que existan espacios para contar historias. Esta es una tarea que no solamente corresponde a organismos públicos o privados, sino también a la academia y a las mismas mujeres que ocupan un puesto directivo en el eCommerce, para generar un impacto positivo y, de esta manera, motivarnos a formar parte de este mercado.