Se ha visto, últimamente, cómo, ha surgido un movimiento anti-ASG en los Estados Unidos, que ha generado un intenso debate sobre la relevancia de los factores ambientales, sociales y de gobernanza, en las políticas y prácticas empresariales.
Este movimiento se caracteriza por acciones y declaraciones de legisladores y políticos que buscan limitar la influencia de los criterios ASG en el ámbito corporativo y de inversión.
Una de las manifestaciones más notables de este movimiento, es la retirada de fondos por parte de estados como Florida y Missouri de administradores de activos como BlackRock, líder en el campo de las inversiones sostenibles.
Estas decisiones se basan en la idea de que los administradores de activos están priorizando una agenda política y social, en lugar de cumplir con su deber de proteger los intereses financieros de sus clientes. Los críticos argumentan que las inversiones basadas en criterios ASG, no han tenido éxito legislativo en las empresas cotizadas en bolsa y que los administradores de activos están actuando en contra de los intereses de los inversores.
Además de la retirada de fondos, estos legisladores han tomado medidas para socavar los esfuerzos relacionados con ASG.
Han advertido a las oficinas de abogados sobre los riesgos de asesorar a clientes en relación con la participación en esquemas ASG y activistas medioambientales, argumentando que podrían estar sujetos a comportamientos anticompetitivos.
También han formado un Grupo de Trabajo en el Congreso de los Estados Unidos con el objetivo de limitar a la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) en relación con las regulaciones ASG.
Estas acciones reflejan la preocupación de los opositores al movimiento ASG sobre los posibles efectos negativos de estas políticas. Argumentan que imponer métricas financieras y requisitos de divulgación relacionados con factores ASG podría tener un impacto perjudicial en los mercados, las industrias y las empresas. También sostienen que estas políticas eluden la democracia y transforman el capitalismo para servir a una agenda ideológica.
Por otro lado, los defensores de los factores ASG argumentan que existen amplias evidencias que demuestran que pueden tener un impacto material en los mercados y las empresas.
El presidente de Estados Unidos ha expresado su apoyo a las inversiones basadas en criterios ASG y ha vetado una resolución anti-ASG, afirmando que ésta impediría a los fiduciarios de los planes de jubilación, tener en cuenta factores de riesgo relevantes que podrían afectar los rendimientos de las inversiones.
El debate en torno a los factores ASG y el crecimiento del movimiento anti-ASG reflejan las tensiones existentes hoy en la sociedad, en relación con las políticas de sostenibilidad corporativa.
Mientras que algunos argumentan que estas políticas son fundamentales para abordar los desafíos ambientales y sociales actuales, otros cuestionan su priorización y consideran que esto puede producir consecuencias negativas para la economía y para los inversores.
Como Pacto Global Chile, junto a nuestras empresas adheridas, estamos comprometidos y sabemos que es imperativo, sensibilizar acerca del necesario equilibrio entre los intereses financieros y los impactos sociales y ambientales a largo plazo, porque no podemos dejar que los aspectos ASG, se politicen.