Cuando todos los ojos estaban puestos en la salida a bolsa de Coinbase, la exchange y multiplataforma de criptos americana, otra exchange, Binance, realizó una movida estratégica ese mismo día: anunció que dentro de su oferta para sus usuarios estaría el ofrecer un tóken de acciones (stock token en inglés) de COIN (el ticker de Coinbase en Nasdaq).
Cada stock token digital representa una acción de capital, y está totalmente respaldado por una cartera de valores subyacentes que representa acciones, bonos, opciones, warrants, futuros y acciones en fondos de inversión.
A diferencia de las acciones tradicionales, los usuarios pueden comprar acciones fraccionarias de las empresas cotizadas con tókens de acciones. Estos tókens siguen de cerca el rendimiento de los valores financieros tradicionales, pues están respaldados por acciones físicas. Esto implica que un movimiento en el precio del activo subyacente genera un movimiento idéntico en el precio del derivado. La posesión de tókens de acciones no le transfiere ningún derecho de accionista, como derechos de voto, pero sí del desempeño económico del subyacente, incluyendo el pago de dividendos.
COIN no es el único tóken de Binance, la exchange inicialmente de origen chino que hoy se encuentra basada en Malta debido a las restricciones en el país asiático, antes había anunciado tóken de acciones de Tesla. Binance es la plataforma de intercambio de criptos más grande del mundo en términos de volúmen de transacción (cerca de $39.000 millones en 24 horas y transa 3,7 veces más de la que transada le sigue, Huobi Global. Actualmente, también ofrece stock tokens de MicroStrategy y Apple (la más y que hoy alcanza un volúmen de la stablecoin BUSD 969.020,48).
Los tókens de acciones de Binance, están respaldados por CM-Equity AG, una empresa de gestión de activos autorizada y totalmente regulada en Alemania, que deriva su custodia a una tercera empresa. Por otra parte, estos tókens de acciones denominan, liquidan y garantizan en BUSD (una stablecoin, emitida en conjunto con Paxos, que sigue 1:1 al dólar americano). A su vez, BUSD está aprobada por el departamento de servicios financieros del Estado de Nueva York (NYDFS). Este tipo de procedimientos, a través de la stablecoin, hace que el cálculo de los rendimientos sea más fácil y rápido que en dinero fiat o fiduciario.
Las acciones tokenizadas, ya antes habían sido lanzadas en la exchange de derivados FTX en octubre del 2020, permitiendo a sus usuarios la comercialización de acciones de las firmas estadounidenses más populares como Netflix, Facebook, Amazon y Tesla.
En general, los tókens de acciones son ideales para los usuarios que no pueden adquirir una cuenta de corredor de bolsa o que prefieren un sistema más simplificado, donde además puedan manejar un portafolio de criptodivisas. Si bien es cierto que hoy la oferta de tókens de acciones es limitada, la tendencia será a agregar cada vez más acciones atractivas para el mundo tecnológico y cripto, en particular aquellas que se transan en la Bolsa de Nueva York o el Nasdaq.
Definitivamente esto desafía a las bolsas tradicionales a adaptarse e innovar y −por qué no− incluir monedas y tókens como Bitcoin, Ether, Litecoin, y otras. Las fintechs como eToro ya se han adaptado en términos de la oferta. No obstante, el mayor desafío estará en términos de la infraestructura tecnológica y la sofisticación de identidades digitales que se adopten.
Dada la existencia de distintas regulaciones respecto a la comercialización de acciones tókens, las identidades digitales requieren no solo cumplir con el rol de privacidad y seguridad, sino también el de autenticación de la misma. Por una parte, está el proceso de los KYC (acrónimo de “know your client”) que en los servicios financieros cumple la función de verificar la identidad, la idoneidad y los riesgos de una relación comercial con un cliente. Es parte de la política de lucha contra el blanqueo de capitales. En el caso particular de Binance, los usuarios que desean acceder a adquirir tókens de acciones deben someterse a un nivel adicional de seguridad que la de aquellos que solo transan criptos. En esta capa extra de autenticación, deben incluir la verificación de la identidad y se utilizan mecanismos de autenticación de biometría de la cara. Por otra parte, los usuarios alemanes, requieren un tercer nivel de verificación (prueba de dirección, comprobaciones de identidad más avanzadas, evaluación de riesgo completa y cuestionario de idoneidad). Y por temas regulatorios, los usuarios de China continental, Turquía, Estados Unidos y otras jurisdicciones restringidas tienen prohibido comerciar con tokens de acciones.
El tema de los procesos de autenticación de las identidades digitales y la fragmentación de sus atributos evidencia una vez más un tema no resuelto en la era de internet, aun cuando la tecnología existe hace ya un par de años y Estonia es prueba de ello. Este punto va a ser cada vez más evidente, en la medida que sigamos avanzando desde la “internet de la información” a la “Internet del valor” que nos permita la tecnología blockchain, a través de la tokenización de activos de distinta índole que están dando paso a la cripto economía.
Con esto, queda en evidencia que por más que empresas innovadoras tengan un espíritu de realizar procesos de tokenización de activos en la forma más regulada posible, solo podremos aspirar a una economía tokenizada sólida cuando contemos con una sola identidad digital soberana −es decir que contenga toda nuestra información que hoy se encuentra disgregada y que tengamos control sobre ella− y que sea criptografiada para aumentar las capas de seguridad.