Aunque cada vez más corporativos se están atreviendo a trabajar con startups y/o invertir en ellas, muchos otros se siguen haciendo la pregunta sobre si vale realmente la pena involucrarse con ellas o es una moda que genera poco impacto para todo el esfuerzo que significa.
Instaurar procesos y una cultura innovadora dentro de las organizaciones no es tarea fácil. Como también sacar adelante los proyectos de innovación, en especial en las fases de implementación. Muchas veces, dado que no todas las empresas tienen presupuesto para unidades dedicadas, los proyectos se suman al backlog de las ya sobrecargadas unidades de T.I. o se asignan a las funciones de algún área de negocio. Naturalmente, al ser iniciativas nuevas y no generar utilidades similares al negocio tradicional, no se les da el foco que requieren para escalar. Esto se agrava cuando el proyecto no es parte del core del negocio, siendo mas bien adyacente o transformacional, lo que merma la capacidad de generar impacto. Lo anteriormente expuesto, provoca dificultad o fricción para generar innovación lejana al core.
Las dificultades anteriormente expuestas hacen atractiva la oportunidad de vincularse con el ecosistema de startups. Estas pequeñas empresas vienen a ofrecer velocidad, a acelerar el time to market, a entregar acceso a conocimientos que no se tienen al interior de la compañía y a fortalecer la propuesta de valor con nuevos atributos, productos o servicios, y por lo tanto, un nuevo flujo de ingresos y factor diferenciador.
Ahora bien, mientras muchos corporativos aún se preguntan si deben armar una estrategia de Corporate Venturing y comenzar a colaborar con startups, lo que sucede en la práctica es que muchos de ellos ya lo están haciendo, pero trabajan con ellas sin un proceso sistemático y las tratan como si fueran proveedores tradicionales y, por lo tanto, tienen una alta probabilidad de fracaso.
Un 75% de las vinculaciones corporativo-startups no tienen éxito (Startup 500), para evitar caer en ese porcentaje, la invitación es a tomar una definición clara al respecto y preparar a la organización para la vinculación. No basta con hacer una declaración y realizar "desafíos abiertos"; se debe definir la estrategia, diseñar procesos, establecer una gobernanza y gestión, como también facilitar el cambio cultural, para favorecer la generación de sinergias y aprovechar los beneficios que el corporate venturing ofrece.
Las empresas con buenos modelos de startup relationship management son conocidas entre los emprendedores, al igual las que no lo son, las que, sin saberlo, entran en una lista negra para las startups. ¿Qué tipo de corporación quieres ser, un honey pot o un cementerio para startups?