Pasar al contenido principal

ES / EN

Transición a 2021
Mié, 06/01/2021 - 04:50

Roberto Salas Guzmán

Un nuevo enfoque gerencial
Roberto Salas Guzmán

Roberto Salas Guzmán es ecuatoriano, economista de la Universidad Católica de Guayaquil. Posee un MBA de ESADE (España) y de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile). Así como estudios de gerencia en Kellog Business School de la Northwestern University y en Wharton Business School de la University of Pennsylvania. Es ex CEO de Masisa SA, fundador de Sustainable Management Iniciative, director de empresas, columnista y expositor.

Qué mas decir de 2020 que ya no se haya dicho o comentado, si todos hemos estado involucrados de una u otra manera o intensidad en situaciones impensadas para las que no nos habíamos preparado.

La promesa

Al inicio de la crisis sanitaria, algunos nos comprometimos a que era preciso salir de esta situación diferente a como entramos. Me refería a ser mejores personas, empresarios, profesionales, servidor públicos o cualquier rol que tengamos.

Era una promesa impulsiva para honrar la crisis, es decir, hacer que valga la pena. El dolor e incluso las pérdidas de familiares y amigos o conocidos inspiraban a reflexionar y renovar ciertos propósitos o intenciones para el resto de nuestras vidas.

¿El fin de la pandemia?

No se sabe si saldremos pronto de la pandemia, mas allá de la luz al final del túnel al saber que hay vacunas que se están distribuyendo y aplicándose en algunos países con ciertas prioridades lógicas y algunas dudas aún pendientes. Sin embargo, un nuevo año siempre invita a reflexionar de lo aprendido en el año que termina y definir, si se quiere, algunos propósitos para una recuperación sostenible en el siguiente para cumplir la promesa de regeneración.

Lo aprendido

De lo aprendido, tal vez lo principal es darse cuenta de “lo posible de lo imposible”. O “cuando lo imposible se hace posible, e incluso realidad”. Esto cambió la forma en que trabajamos, interactuamos y vemos los riesgos.

Si lo inesperado te afecta más, y será parte de cualquier “nueva no normalidad”, es preciso reconocer lo crítico de los liderazgos y de las decisiones tempranas cuando se gestiona en el caos.

 “Resiliencia” es tal vez la palabra que más se ha popularizado y la capacidad más valorizada a nivel personal y de organizaciones. La otra es “corresponsabilidad”, entendiendo que todo está conectado, y tu actitud puede influenciar situaciones más de lo que imaginas.

Lo siguiente seria “valorar lo básico”, olvidarse que algunas cosas vitales son normales e invulnerables, y darles valor. Disfrutar y cuidar estas cosas de manera consciente es practicar la virtud de la “gratitud” y la “solidaridad”.  Por la salud, la libertad, etc.

En esta experiencia, fue importante mantener la “esperanza” intacta, con fe y disciplina. Y eso es lo que más espero de 2021. ¡Que venga cargado de esperanza, optimismo, salud!

El consenso 2021

Estos deseos pueden darse por influencia de nuestras propias decisiones y propósitos, aunque siempre estaremos expuestos a cosas que no controlamos.  Me refiero a un consenso sobre la relevancia de 2021 no solo por el fin de la pandemia, sino por ser el año en que decidiremos el futuro de todos a través de los procesos electorales que pueden cambiar nuestras vidas.

Esto es así en algunos países, sobre todo latinoamericanos que enfrentan decisiones cruciales en este próximo año. Elecciones presidenciales en Ecuador, Perú, Chile y Honduras. Elecciones  para constituyentes en Chile, o legislativas en El Salvador y Argentina, o gobiernos federales en México, entre las más importantes.

Es un buen momento para practicar la colaboración extrema

Sin conocernos todos, coincidir la mayoría en tres puntos. Uno: La decisión que tomaremos es radicalmente importante, por lo tanto no cabe la indiferencia. Dos: No escogemos entre derechas o izquierdas, sino entre un cambio positivo acelerado o el de un retroceso al fracaso. Tres: Desechar las premisas que los más capaces no ganan elecciones, y no importa la corrupción con tal que me toque algo.

La colaboración radical, la más potente y difícil de lograr, es unir a grandes cantidades de personas en temas de consenso de gran importancia por la fuerza de una aspiración común vital, respaldada por un relato persuasivo y libre de influencias manipuladoras por no tener una mano controladora invisible o visible atrás ni por delante. Solo la fuerza de las convicciones que convergen por un flujo de comunicación efectiva, y se materializa en un momento crucial.

Conclusión

Es necesario acertar y darnos la oportunidad de un “reinicio” con quienes pueden hacerlo mejor. Crear nuevos paradigmas que demostramos en cada evento electoral, reflejando que maduramos como electores, y que estamos conscientes que somos más responsables de la democracia que forjamos que los propios elegidos que nos representan.

Luego, a estos últimos debemos exigirles lo suficiente para que cumplan con el mandato que otorgamos y las promesas ofrecidas. Al final, las sociedades no solo tienen los gobiernos que se merecen, sino que la calidad de estos gobiernos está directamente influenciada por el nivel de participación y madurez de la sociedad civil para saber exigir, premiar o castigar.

Tomarlo así sería comenzar una transición hacia mejores tiempos, empezando por 2021.