"Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros." – Ken Blanchard

En un mundo empresarial cada vez más dinámico e impredecible, el liderazgo colaborativo ha emergido como una pieza angular para el éxito organizacional. Los CEOs, altos directivos y miembros de directorios enfrentan el desafío de liderar comités de dirección que ya no solo deben ser eficientes, sino también resilientes y profundamente integradores.

La pandemia fue una prueba de fuego para los comités de dirección, transformando radicalmente sus dinámicas y exponiendo la importancia de la colaboración auténtica. Aunque la tecnología permitió mantener operaciones y reuniones, la falta de interacción física erosionó vínculos personales, afectando la confianza y la cohesión. Sin embargo, aquellos líderes que supieron fortalecer una visión compartida y fomentar el trabajo transversal lograron navegar con éxito las turbulencias.

El liderazgo colaborativo no se limita a delegar tareas o alinear equipos. Implica un enfoque estratégico en el que el CEO actúe como catalizador de sinergias, alineando áreas clave como recursos humanos, finanzas, y operaciones comerciales para crear un equipo directivo cohesionado y orientado a resultados.

 Un ejemplo contemporáneo y valioso es el de Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien transformó la cultura organizacional de la empresa desde un modelo competitivo a uno colaborativo. Nadella impulsó la mentalidad de crecimiento (“growth mindset”) no solo como lema, sino como práctica diaria, alentando la comunicación abierta y la colaboración entre divisiones. Este enfoque permitió a Microsoft reinventarse, liderando mercados como la computación en la nube y la inteligencia artificial, gracias a la sinergia de sus equipos. 

Otro caso notable es el de Rosalind Brewer, CEO de Walgreens Boots Alliance, quien ha priorizado la inclusión y la diversidad como ejes de la colaboración estratégica. Brewer estableció foros directivos para asegurar que las decisiones estratégicas fueran informadas por perspectivas diversas, lo que ha resultado en una mejora sustancial en el diseño de servicios para diferentes segmentos de consumidores.

Pero el liderazgo colaborativo no solo implica gestionar eficientemente un comité. También es esencial construir una relación efectiva entre el Comité de Dirección y el Consejo de Administración. Mientras el Consejo asegura una visión a largo plazo, el Comité debe ejecutar decisiones inmediatas con precisión. La confianza y la transparencia entre ambos órganos son esenciales para garantizar que las estrategias sean no solo ambiciosas, sino también ejecutables.

En este contexto, el rol del líder colaborador es crucial para identificar talentos dentro del equipo directivo y proporcionarles oportunidades de desarrollo. Ejemplo de ello es Jacinda Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda, cuyo estilo de liderazgo colaborativo ha servido como referencia en el mundo empresarial. Ardern supo equilibrar la gestión de crisis con la promoción de una cultura de empatía y confianza, creando equipos cohesionados que respondieron eficazmente a los desafíos.

Adoptar un liderazgo colaborativo no es tarea sencilla. Requiere humildad para escuchar, coraje para delegar y visión para construir puentes entre áreas tradicionalmente aisladas. Es un proceso que, cuando se ejecuta correctamente, no solo mejora los resultados financieros, sino también la sostenibilidad y la resiliencia de la organización.

Como señaló Helen Keller: "Solo podemos lograr grandes cosas si permanecemos unidos". Para los CEOs y líderes de hoy, la colaboración no es una opción; es el camino hacia el éxito duradero. En un entorno global lleno de retos y oportunidades, el liderazgo colaborativo no solo fortalece las organizaciones, sino que también las posiciona para liderar con propósito e impacto.