Las microfinanzas en Perú representan una alternativa al desarrollo económico, a la reducción de la pobreza y a la inclusión financiera; constituyen una forma de financiamiento enfocada en brindar servicios financieros a personas de bajos ingresos y a pequeñas empresas con el objetivo de impulsar el desarrollo económico de la población más vulnerable.
A través de estas instituciones, personas sin acceso a servicios financieros tradicionales han podido acceder a préstamos para iniciar o expandir sus negocios, lo que ha generado empleo, mejorado sus ingresos y su nivel de vida.
Gran parte del éxito de las microfinanzas en Perú se puede atribuir a una regulación prudente, a una supervisión estricta y equilibrada con una intervención gubernamental limitada.
Sin embargo, el sistema microfinanciero presenta debilidades que pueden afectar su expansión en los próximos años:
- Gran número de entidades, muchas de ellas de pequeña escala, con presencia de mismos clientes lo que conlleva a un riesgo alto de sobre-endeudamiento de los mismos, y a la incapacidad de cumplir con los pagos de manera oportuna.
- Baja eficiencia, para lo cual deben considerar introducir nuevas tecnologías que reduzcan los costos de transacción e implementar políticas de reducción de gastos administrativos. La pandemia del COVID-19 obligó a la población vulnerable a adoptar tecnologías digitales poniendo en manifiesto la gran brecha digital que existe con la población de mayores recursos.
- Alta competencia entre las instituciones microfinancieras lo que implica mayor esfuerzo por captar clientes, generando elevados costos operativos y reduciendo los márgenes de rentabilidad.
- Prestatarios con baja educación financiera sin conocimiento adecuado sobre un manejo financiero efectivo y responsable, lo que puede llevar a una mala gestión de los préstamos y a un mayor riesgo de incumplimiento de pago.
- Dependencia de la economía informal. Gran parte de la economía peruana se basa en una economía informal, lo que dificulta la inclusión financiera de estos sectores. Los prestatarios informales pueden no tener acceso a servicios financieros formales y, por lo tanto, van a depender de prestamistas informales con tasas de interés aún más altas.
- La base patrimonial de las entidades proviene de instituciones con poco respaldo financiero y sin capacidad de reacción ante situaciones de crisis. Actualmente, la economía peruana se encuentra en etapa de desaceleración por lo que resulta fundamental mantener alternativas de financiamiento para lograr y mantener el buen desempeño de las entidades.
- Impacto del Fenómeno del Niño que podría ser mitigado por instituciones con niveles adecuados de capital, liquidez y provisiones. Las entidades microfinancieras deberían anticiparse a un posible impacto de un Fenómeno del Niño, y al consecuente deterioro en la capacidad de pago de los deudores en zonas vulnerables. Resulta fundamental capacitar a empleados y clientes sobre la importancia en el manejo de riesgos y en las medidas de prevención frente a un evento como éste.
El progreso de las microfinanzas en Perú es necesario y existe el escenario para lograr un buen desarrollo, siempre y cuando se implementen los aspectos necesarios: existe una demanda alta, el marco regulatorio es favorable y la rentabilidad del sector sigue siendo atractiva. Sin embargo, se necesita desarrollar productos y servicios innovadores, adaptados a las necesidades del cliente, e implementar tecnologías para mejorar la eficiencia de las entidades.
Es un hecho que los micro y pequeños empresarios necesitan de las fuentes de financiamiento de las instituciones microfinancieras para hacer crecer sus negocios, y éstas deben disponer de tecnología y metodología crediticia que les permita atender con mayor eficiencia a los segmentos más olvidados de la población.