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Anticonceptivos, ¿la panacea contra las ratas?
Miércoles, Mayo 17, 2017 - 08:51

Un medicamento que produce menopausia en las hembras e infertilidad en los machos es la nueva apuesta para el control de roedores.

En 2014 Jonathan Auerbach, estudiante de estadística, calculó un número sobre el que todo el mundo especulaba: el número de ratas en Nueva York. De acuerdo a sus estimaciones, los 8 millones de neyorquinos comparten la ciudad con unos dos millones de ratas. Hasta hoy, prácticamente todos los esfuerzos por controlar los roedores han fracasado.
 
En agosto del año pasado la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos aprobó una nueva sustancia que promete ayudar a controlar la población de estos animales sin envenarlas. Se trata de un fármaco (ContraPest) que una vez es consumida por los roedores produce menopausia en las hembras y detiene la producción de esperma en los machos. De esa manera, se interrumpe el ciclo reproductivo de las ratas impactando el tamaño de sus poblaciones.
 
“No existen efectos colaterales y las ratas eventualmente mueren por causas naturales. La técnica se considera más benigna que otras estrategias de control”, escribió Alice Klein en la revista New Scientist.  Una rata puede tener 10 crías por camada y, en un año, entre 5 y 6 camadas. 
 
En un primer ensayo llevado a cabo en el metro de Nueva York, en 2013, se logró reducir a la mitad la población de ratas en tan sólo tres meses. Otros dos experimentos similares, uno en una zona urbana y el otro en área rural, arrojaron resultados prometedores. En el caso del área rural la población de roedores se redujo en un tercio.
 
"Nunca eliminarás a las ratas por completo. Son demasiado inteligentes", comentó a la revista  Brandy Pyzyna de SenesTech, la compañía de biotecnología en Arizona que desarrolló el nuevo cebo.
 
Peter Banks, de la Universidad de Sydney, advirtió que si bien el enfoque parece prometedor, es necesario seguir investigando porque las ratas que no consuman el producto seguirán teniendo descendencia y esas camadas podría ser más grandes y saludables por la reducción en la competencia por alimentos.

Autores

El Espectador