En un intento por detener la pandemia, se han desarrollado decenas de aplicaciones de rastreo digital de contactos en todo el mundo. Muchas han fracasado.
Desde que explotó la pandemia en todo el mundo en marzo, el desarrollo de una aplicación móvil (app) exitosa para rastrear posibles contagios del coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19, se ha visto como una especie de Santo Grial. Muchos países han desarrollado sus propias aplicaciones con la esperanza de poder dominar el rastreo de contactos digitales y controlar los brotes de manera más rápida y efectiva que cualquier equipo de rastreadores de contactos humanos.
Sin embargo, el concepto de una app destinada a contener una pandemia era nuevo y, por tanto, no había sido probado aún a principios de 2020. Muchas preguntas siguen sin respuesta sobre la tecnología, la eficacia, la funcionalidad y, posiblemente, lo más importante, la ética de tales aplicaciones móviles.
Lo que ya está claro es que no es un asunto fácil. La aplicación alemana Corona-Warn parecía haber avanzado bastante. Hasta el 24 de julio, la aplicación había sido descargada 16,2 millones de veces en Alemania, según el Instituto Robert Koch (RKI), lo que representa un impresionante 20% de la población.
Sin embargo, ese mismo día, el periódico sensacionalista Bild reveló que la aplicación no había funcionado correctamente para millones de potenciales usuarios durante cinco semanas. Algunos sistemas operativos Android habían bloqueado la ejecución de la aplicación en segundo plano para ahorrar energía, lo que significa que su función clave, enviar una alerta a un usuario si conocía a alguien que dio positivo por el virus, puede no haber funcionado.
El Ministerio de Salud alemán dice que el problema ya se ha solucionado. Pero este está lejos de ser el único ejemplo de una aplicación de rastreo de contactos de COVID-19 que ha presentado problemas.
¿Cómo medir el éxito?
Todavía no está claro cómo medir el éxito en el negocio de aplicaciones contra COVID-19 y puede que nunca lo esté. Si bien el número de descargas en relación con el tamaño de una determinada población es obviamente una métrica clave, esta medida se relativiza si la app tiene problemas de funcionalidad o se considera poco confiable.
Incluso con una aplicación que funciona bien y que cuenta con una gran tasa de aceptación dentro de una población, muchos expertos en rastreo de contactos dicen que no es fácil establecer el papel preciso que desempeñará esta app para contener las tasas de infección.
Por ejemplo, las aplicaciones que no almacenan datos en una ubicación centralizada pueden funcionar muy bien, pero no existe una autoridad central con los datos que indique exactamente cuántas personas fueron advertidas con éxito sobre el riesgo de infección.
Grandes números
Por ahora, en términos absolutos de volumen de descargas, la app india Aarogya Setu lidera el mercado. En abril, estaba entre las 10 aplicaciones más descargadas del mundo. Solo superada por gigantes tecnológicos como Zoom, TikTok, Facebook, WhatsApp, Instagram y Messenger.
Según los datos de Sensor Tower, una consultora de aplicaciones móviles, a mediados de julio, Aarogya Setu tenía más de 127 millones de descargas. Y había alcanzado la marca de los 100 millones a solo 40 días de estar disponible.
Pero la India tiene una población de más de 1.300 millones de habitantes. Con menos del 10% de aceptación de la app, las posibilidades de que dos personas entren en contacto entre sí y hayan descargado la aplicación son de alrededor del 1%.
La app india ha recibido también muchas críticas. La revista Technology Review, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publica actualmente un "Rastreador del rastreo de COVID" (COVID Tracing Tracker), para evaluar varias aplicaciones de este tipo en todo el mundo. Y califica a estas app de acuerdo con cinco métricas clave, asignando una estrella para cada una. Aarogya Setu obtuvo solo dos estrellas. Los revisores la criticaron por no ser voluntaria para millones de usuarios, por no limitar el uso de los datos que recopila y por recopilar más datos de los que necesita.
Sin embargo, en comparación con China y Estados Unidos, que la acompañan en la cima de la lista de población mundial, a la India no le ha ido mal. El sistema de código digital de salud de China, un código QR llevado a las plataformas Alipay y WeChat, no ha sido del todo transparente en términos de cómo funciona su aplicación y cómo se usan los datos que almacena.
Por su parte, la API de notificación de exposición creada conjuntamente por Apple y Google, en Estados Unidos, ya está en uso en varios países del mundo. En el propio EE. UU., puede ser integrada en aplicaciones específicas por las autoridades sanitarias de varios estados. Pero no hay una aplicación nacional única. Y, hasta ahora, solo un puñado de estados se ha comprometido a desarrollar una aplicación propia utilizando la tecnología de Apple y Google.
Hay indicios tempranos de que a los países con poblaciones más pequeñas les resulta más fácil obtener la aceptación colectiva de sus aplicaciones. Así, en Islandia, con una población de menos de 400 mil habitantes, más del 40% de la población había descargado su app COVID-19 Ranking C-19 a un mes de su lanzamiento.
Irlanda, con 5 millones de habitantes, también ha mostrado signos de éxito temprano. Su aplicación Covid Tracker había sido descargada por 1,3 millones en los ocho días posteriores a su lanzamiento, a principios de julio. Eso la convirtió en la aplicación más rápidamente descargada per cápita en Europa. Nearform, la compañía responsable, está ahora en conversaciones con el departamento de salud del estado de Pennsylvania y otros estados supuestamente interesados en Estados Unidos.
¿Malas conocidas y buenas por conocer?
Mientras países de todo el mundo han ido desarrollando aplicaciones, en Europa, no todas las naciones que han sido severamente afectadas por la pandemia han logrado lanzar su propia app.
El Gobierno del Reino Unido ha sido muy criticado por su respuesta a la crisis del coronavirus. Ha registrado más de 45 mil muertes, una de las tasas más altas del mundo en términos absolutos y per cápita. Y ha tenido, además, serios problemas con su aplicación; por lo que ha enfrentado grandes críticas.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido ha estado planeando desarrollar una aplicación de rastreo de COVID-19 desde marzo. Sin éxito. Su plan original fue abandonado en junio, en favor del uso de la API de Apple-Google, en lugar de una versión propia, que había tenido dificultades técnicas. Sin embargo, en este momento, no se sabe cuándo o si, en el Reino Unido, se lanzará aplicación alguna.