Por Amos Olvera Palomino, Analista, para Excélsior.
Conforme la investigación desarrolle nuevos fármacos, la resistencia de agentes infecciosos como bacterias, virus y bacilos no es problema. Pero desde los años 80, la ciencia no ha descubierto una nueva generación de antibióticos. Se sugiere encarecerlos.
Una simple cortada en un dedo podría ser cuestión de vida o muerte. El azar tendría un papel más relevante en el futuro de una persona que cualquier doctor. Las operaciones más sencillas, como una apendicectomía, podría ser mortal.
Tratamientos de cáncer y trasplantes de órganos podrían ser letales y el parto podría ser algo de vida o muerte para la mujer. Este es el futuro sin antibióticos, plantea James Gallagher en reportaje para la sección BBC Mundo de esa cadena de TV británica (30/4/2014).
Parece la trama de una novela de ciencia-ficción, pero hay temor genuino que el mundo se encuentra rumbo a una era post antibióticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que "muchas infecciones comunes se tornarán incurables y que, una vez más, podrían ser fatales".
El Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos ha encendido focos de alerta sobre la aparición de "bacterias pesadilla". Al respecto Dame Sally Davies, directora médico de Inglaterra, ya ha externado paralelismos con el "apocalipsis".
Abunda Gallagher en BBC Mundo: Los antibióticos combaten bacterias, pero estos microbios son enemigos increíblemente astutos. Una vez que se empieza a acabarlas con un nuevo fármaco, buscan maneras de supervivencia.
Mientras se desarrollen medicamentos innovativos, la resistencia no es problema. Pero desde la década de los 80 no se ha descubierto una nueva generación de antibióticos. Esto es ahora una guerra que corremos riesgo de perder.
Los antibióticos se usan más de lo que se piensa. Por lo tanto, un mundo sin ellos es mucho más peligroso ya que hacen posible el tratamiento de enfermedades como la tuberculosis.
En las cirugías se presentan grandes riesgos de infección. Administrar antibióticos antes y después de la intervención ha permitido practicar con éxito operaciones que antes eran mortales.
Encarecer fármacos
Tratamientos de cáncer como radioterapia y quimioterapia pueden dañar el sistema inmune. Por lo tanto se procede a recetar antibióticos a fin de fortalecer las defensas del paciente. A cualquiera con un trasplante de órgano se le prescriben inmunosupresores de por vida. De lo contrario, los agentes infecciosos atacan el trasplante.
"Es un futuro nefasto", indicó el Dr. Richard James, catedrático de la Universidad de Nottingham. "Solía yo mostrar a mis alumnos fotos de pacientes con tuberculosis en Londres. Era una fila de camas afuera del hospital, vivías o morís, el único tratamiento era aire puro.
"Y esto", agrega, "es como se vislumbra el futuro para la tuberculosis si no hay fármacos", pregunta el periodista Gallagher:
¿Estamos hablando sólo del futuro?, cuestiona Gallagher al Dr. Neil Woodford, catedrático de la unidad de resistencia antimicrobial de la Agencia de Protección Sanitaria de Gran Bretaña.
"En mi laboratorio, cada año vemos como aumenta el número de cepas resistentes a todo tipo de antibióticos". El especialista añadió que el peor escenario sería regresar "al mundo durante los años 20 y 30".
Plantea una situación ilustrativa: "Podrías estar trabajando en tu jardín y pincharte un dedo con la espina de una rosa, contraer una infección bacterial, ir al hospital sin que los doctores puedan hacer algo para salvarte la vida. Sería cuestión de suerte si vives o mueres".
¿Pero en casos de muchas infecciones esto no pasaría?
"Las infecciones oportunistas son la mayor preocupación. Se trata de aquellas que atacan a los ancianos cuando ya se encuentran en el hospital enfermos y en condiciones de vulnerabilidad".
De acuerdo al profesor Woodford, la mayor amenaza en el Reino Unido es la Enterobacteriaceae, cepa de bacterias oportunistas como el E.coli y Klebsiella que viven en el intestino.
Estas son actualmente la forma más común de infección en hospitales y presentan niveles crecientes de resistencia. El número de pruebas en laboratorio que muestran resistencia a los carbapenémicos –uno de los grupos de antibióticos más potentes—se ha disparado de unos cuantos casos en 2003 a más de 300 en 2010.
También ha creado preocupación sobre enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea que cada vez es más difícil de tratar. En todo el mundo —indica Gallagher en su trabajo para BBC Mundo—, un problema en aumento es el tratamiento de tuberculosis, cada vez más resistente a los fármacos.
"En algunos países ya se ha visto lo que es un mundo sin antibióticos", expresó el profesor Timothy Walsh, de la Universidad de Cardiff, País de Gales, quien forma parte del equipo que identificó el NDM-1, una de las nuevas amenazas en el sur de Asia. Encontrado en E. coli y Klebsiella, este gen ofrece resistencia a los carbapenems.
El profesor Walsh puntualizó que "en algunas partes del mundo la resistencia a los antibióticos es como un tsunami en cámara lenta. Durante años sabemos que viene y de todas modos nos mojamos".
En todas partes del mundo hay muchas diferencias en el uso de antibióticos. En algunos países se pueden obtener sin receta médica mientras que en otros sólo se consiguen con la prescripción autorizada.
En respuesta, algunos expertos sugieren que se vendan más caros, a un precio más cercano al de los nuevos fármacos contra el cáncer, a fin de que se usen en forma adecuada. El escenario apocalíptico se vislumbra en el horizonte, pero eso no significa que suceda, señala James Gallagher en BBC Mundo.