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¿Aprender más rápido? Esto puede enseñar el tenis
Martes, Enero 27, 2015 - 16:33

Científicos de la Universidad de Cambridge estudian cómo la forma en que trabaja el cerebro en un partido de tenis permite mejorar el aprendizaje en la vida cotidiana.

Blogthinkbig.com Rafa Nadal es uno de los mejores deportistas de la historia. Hasta la fecha ha conseguido ganar catorce torneos de Grand Slam, situándose a la altura de otros grandes tenistas como Pete Sampras (igual cantidad) y Roger Federer (17). Su éxito es el resultado del enorme trabajo y esfuerzo realizado a diario.

Esta metodología de trabajo continuo que exhibe el tenis despierta la curiosidad de investigadores y científicos en torno a cómo desarrollar diversas fórmulas de aprendizaje, especialmente si se toman en cuenta -por ejemplo- el entrenamiento del destacado deportista español.

¿Cómo es pisible desarrollar mejor una destreza? ¿Es posible aprender varias habilidades al mismo tiempo? Estudios llevados a cabo por científicos de la Universidad de Cambridge, publicados recientemente en Current Biology, indaga en los mecanismos cerebrales que determinan el aprendizaje.

En los deportes en los que se juega con una pelota, como sucede en el tenis, se “anima a seguir adelante” a pesar de que una vez que se haya producido el contacto con la bola, sea imposible predecir el resultado final. Los movimientos que se realicen después de golpear la pelota no influyen en el movimiento de la bola, sin embargo, sí ayudan a maximizar la velocidad y fuerza del impacto, reduciendo las posibilidades de lesión.

Según el estudio, los movimientos realizados tras pegar a la pelota con la raqueta también serían clave a nivel cerebral. En otras palabras, practicar la misma acción con diferentes movimientos (ya que no siempre se le da a la pelota de la misma forma) ayudaría a activar la memoria procedimental.

Este tipo de memoria se encarga de recordar las habilidades motoras y ejecutivas necesarias para realizar una tarea. Este sistema cerebral, clave en la práctica del deporte y en muchas actividades cotidianas, funciona de manera inconsciente. Es decir, en caso de que sea necesario, los recuerdos procedimentales se recuperan de manera automática para ser ejecutados en la práctica de movimientos integrados y relacionados con habilidades motoras y ejecutivas.


Hasta el momento, se pensaba que aprender acciones o tareas similares podría interferir en el aprendizaje por parte del cerebro. Gracias a este nuevo estudio, se sabe que si se practica una destreza el suficiente número de veces, es posible activar la memoria procedimental.

Ello significa que el cerebro es capaz de archivar y guardar en su peculiar "almacén neuronal" los recuerdos necesarios asociados a tal habilidad. Y cuando necesite recuperar esos datos, lo hará. A pesar de llevar a cabo acciones muy parecidas al mismo tiempo, se es capaz de discernir qué destrezas se practican y qué recuerdos deben recuperarse desde la memoria.

La interferencia antes mencionada es en realidad mucho más débil de lo que se pensaba. Según los científicos de la Universidad de Cambridge, se puede aprender más rápido si la acción se repite de manera consistente, activando la memoria procedimental.

Por ejemplo, al practicar el golpeo en el tenis, se puede pensar que no es tan importante controlar la variabilidad del raquetazo, ya que no afecta demasiado a la pelota.

Esta investigación propone, sin embargo, que controlar y manejar esa variabilidad resulta clave para el cerebro. Ser capaces de gestionar dicha variabilidad también ayuda a reducir la velocidad a la que se memoriza dicha destreza, de manera de aprender más rápido.

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