Con un millonario aporte de una firma de inversión privada de Estados Unidos, la aerolínea apunta a penetrar más mercados en diversos países de la región en el cada vez más competido mercado de bajo costo, que se enfrenta a grandes retos como los sucesivos récords de precios de petróleo.

Al empresario dominicano Víctor Pacheco Méndez le tomó cerca de 10 años lograr que Arajet, la aerolínea de ultra low cost tome vuelo. “Cuando empecé esto mi cabello era negro. Hoy tengo 40 años, pero parece que tuviera 60”, dice mientras toca su pelo encanecido.

Y es que montar una aerolínea no es una empresa sencilla, sobre todo en una industria con márgenes más acotados y que requiere cada día de más eficiencias operativas. La pandemia parecía poner fin al sueño del negocio alado del emprendedor centroamericano, pero a partir de 2021, cuando paulatinamente se iban levantando las restricciones en varios países y se reactivó el turismo -especialmente en el Caribe- el proceso de creación de Arajet alcanzó velocidad de crucero.

El capital, que en esta industria es intensivo y que hasta hace años no apostaba por el negocio de la aviación comercial al considerarse una inversión de alto riesgo, finalmente tocó la puerta de Pacheco.

“A pesar de la crisis por la pandemia había una gran cantidad de gente que se quedó frustrada y estancada y que quería viajar. Había una demanda latente combinada con que muchos suplidores de la industria también sufrieron. Se dieron muchas oportunidades de hacer negocios comerciales y todo eso se percibió en los mercados de capitales. De repente vinieron distintos jugadores de inversión que se interesaron en ver el tema y casi al final parecía una competencia para ver cuál era el inversionista que uno iba a elegir para hacer el negocio”, dice Víctor Pacheco, fundador y director ejecutivo de Arajet.

Finalmente, Bain Capital, la firma de inversión privada estadounidense con experiencia en el sector aeronáutico a través de Virgin Australia, fue la elegida junto a Griffin Global Asset Management.

“Arajet ha logrado ser la primera línea aérea en América Latina que nace con los aviones más modernos y nuevos que son más eficientes con el combustible, con una compra directa a Boeing que supera los US$ 3.000 millones para asegurar una flota de más de 40 aeronaves. Es la primera vez que un fondo, como Bain Capital, invierte en una startup como Arajet”, dice el ejecutivo.

Así, tras esta millonaria inyección de capital, Bain Capital tiene participación en el control y administración de la aerolínea dominicana. “Estamos entusiasmados de apoyar a Arajet mientras construyen una aerolínea ultra low cost líder en la República Dominicana al proporcionar los recursos financieros y operativos necesarios que permitirán a la aerolínea escalar significativamente sus operaciones y atender a más clientes”, dijo en marzo pasado Matt Evans, director general de Bain Capital, tras el lanzamiento de la aerolínea.

Nuevo hub centroamericano

Para ser la aerolínea ultra low cost de bandera de República Dominicana, Arajet cuenta con el Aeropuerto Internacional de las Américas (AILA) de Santo Domingo como su base de operaciones, y apunta a convertirlo en el nuevo hub aéreo del Caribe. Para ello, en mayo pasado la compañía firmó un acuerdo con Aerodom, subsidiaria de VINCI Airports.

“Increíblemente, siendo el aeropuerto de la capital no tenía una aerolínea que lo tenga como su casa. Sirve a una población de cerca de cinco millones de habitantes y todo el tráfico que tiene es entrante. Para Arajet encontrar un hogar es espectacular. Estamos trabajando de la mano del aeropuerto para el desarrollo de infraestructura que se viene y que se requiere para que esté en versión pueda tener su plan de crecimiento garantizado”, dice Pacheco.

Los planes del emprendedor dominicano son ambiciosos. En los tres primeros meses de operación establecerá una red de rutas de 20 destinos en 12 países. A la fecha, cuenta con cinco aviones nuevos, Boeing 737 Max-800 que consumen 14% menos de combustible y que volarán desde Santo Domingo a Ciudad de México, Monterrey y Cancún en México; Barranquilla, Cali y Cartagena en Colombia; Quito y Guayaquil, en Ecuador; Ciudad de Guatemala en Guatemala; San Salvador en El Salvador, San Martín, Aruba y Curazao en El Caribe y Lima en Perú.

Precisamente, el próximo 15 de septiembre será la primera prueba de fuego de Arajet cuando realice su primer vuelo oficial a la capital mexicana. En los días siguientes hará lo propio al resto de países. En octubre, aumentará rutas con vuelos a Toronto y Montreal, en Canadá; Medellín y Bogotá, en Colombia; San José en Costa Rica; y Kingston, Jamaica.

Estados Unidos y Brasil también están en el mapa de la aerolínea. Para ello, actualmente trabaja activamente con el gobierno dominicano para conseguir los permisos correspondientes e iniciar cuanto antes servicios a ambos países. Estados Unidos es un mercado muy relevante para la compañía ya que se estima que 2,2 millones de personas de ascendencia dominicana viven en dicho país. Se proyecta que a fines de 2022 Arajet sume vuelos a Nueva York, Boston, Miami y Chicago.

El objetivo en el corto plazo es lograr una ocupación por encima del 80% y en cinco años mover siete millones de pasajeros al año.

“Con los precios que estamos llevando (lanzaron tickets desde US$ 55 por el tramo Lima-Santo Domingo) abarcamos un segmento de público que no podía viajar, al que le era muy costoso hacerlo o que por lo caro que era, viajaba poco. Estamos enfocados en crecer la población de viajeros y una prueba de eso es que en las 20 rutas que tenemos, solo tenemos competencia en tres. Lo nuestro es abrir rutas nuevas y penetrar nuevos mercados”, dice Víctor Pacheco.

“En cinco años Arajet se mostrará como una aerolínea con capacidad de competir a nivel global con los más altos estándares de seguridad operacional y también con índices de eficiencia comparables con las mejores aerolíneas. Tenemos trabajando a líderes que han ejercido las mismas funciones en Arajet en otras aerolíneas con mucha disciplina en Europa, Norteamérica y Sudamérica. Esto parece las Naciones Unidas, hay gente de todos lados y pagamos muy bien a nivel global para atraer el mejor talento que esté disponible. Arajet va a ser una aerolínea sólida que va a estar aportando de manera consistente al producto interno bruto, no solo de República Dominicana, sino de los países a dónde vamos a estar volando”, dice Pacheco.

En ese sentido, además de Pacheco, Arajet también estará dirigida por Mike Powell, quien ha ocupado importantes cargos ejecutivos en aerolíneas de bajo costo como Flybondi y Wizz Air.

De esta forma, Arajet se adentra al mundo del low cost aéreo latinoamericano que viene ganando terreno. Hoy, los usuarios tienen una mayor oferta de aerolíneas de este tipo, que han resultado ser más resilientes que las tradicionales legacy gracias a su modelo de menor costo de operación y destinos que no incluyen capitales durante los tiempos de pandemia.

No obstante, las low cost no han sido inmune a los altos precios del petróleo. Muestra de esto es que Ryanair, una de las low cost más exitosas del mundo anunció que la era de los vuelos baratos está llegando a su final por los crecientes precios del combustible y las cargas ambientales. Por ello, la aerolínea irlandesa dejará de ofrecer billetes de avión a 10 euros (US$ 9,94) o menos.

“No creo que tengamos más billetes a 10 euros, porque los precios del petróleo son mucho más altos desde la invasión rusa de Ucrania”, aseguró recientemente su director general Michael O’Leary a la BBC.

En el plano latinoamericano, otras low cost tampoco pasan por un buen momento. Es el caso de Viva Air, que a inicios de agosto solicitó su integración con Avianca ante la Aeronáutica Civil de Colombia, bajo la figura jurídica de compañía en crisis. Esta movida evidenció la compleja situación por la que atraviesa la aerolínea colombiana y su premura por esta aprobación que le permitiría un eventual rescate financiero.

A pesar del complejo momento que viven muchas low cost, el CEO de Arajet confía en su estrategia.

“No hay magia para manejar temas macroeconómicos. Lo que tenemos que hacer es apostarle a lo que hemos invertido, que son los aviones más eficientes que menos combustible consumen y enfrentar la crisis de forma tal que uno se dé cuenta que causa traumas, pero que son cosas que suceden y que eventualmente superaremos. El negocio sigue y por eso era importante tener un fondo como Bain Capital detrás nuestro, porque en los momentos más difíciles, como el que se está viviendo, esos bolsillos se necesitan para hacerle frente a estas situaciones”, concluye.