A veces basta con una fragancia para aliviar la tensión del día a día y transportarse a un estado de calma únicamente a través de los sentidos.
Sentir la fragancia de la lavanda, la madera, el tilo o el bambú, entre otros efluvios, evoca una sensación de calma. Es así que desde tiempos milenarios, los olores han sido clasificados según sus virtudes y hoy son parte de una industria dedicada al bienestar integral: la aromaterapia.
La especialidad brinda a la cosmética la posibilidad de superar la simple estética para complementarla con el bienestar, por eso extiende su producción más allá de jabones, cremas y lociones, fabricando ambientadores y difusores para el hogar y la oficina.
La base de estos artículos para el cuerpo y el alma son los extractos vegetales concentrados y los aceites esenciales que invitan a sensaciones gratificantes.
“Los productos de aromaterapia son naturales y logran su objetivo, que es tranquilizar, calmar, relajar, vigorizar. Y qué mejor que tener a mano una crema corporal que además te ayude a disminuir la tensión gracias a su aroma”, opina la psicoterapeuta boliviana Ana Chevarría.
A veces basta con una fragancia para aliviar la tensión del día a día y transportarse a un estado de calma únicamente a través de los sentidos. Para la especialista en rieki Tábata Taborga la aromaterapia mejora la salud mental, emocional y física. “Me gusta usar los aromas en terapias de sanación y hay una variedad que ayuda en la tarea de recuperar la perfección”, comenta.