Cada vez hay más situaciones que pueden terminar con tu smartphone en el agua. Para intentar salvarlo, acá te decimos cuáles de los métodos son mitos y cuáles pueden dar resultado.
¿Es posible reparar un celular que se mojó? O más bien, ¿es posible traerlo de nuevo a la vida? Existe una probabilidad alta de que alguna vez su adorado smartphone termine sumergido, por ejemplo, en el wáter. Según una encuesta realizada en 2012, el 75% de los estadounidenses admitió usar su celular en el baño, tanto para enviar mensajes de texto como para navegar en redes sociales e Internet. Claro que no necesitamos una encuesta para saber que el smartphone ha sustituído a la revista que antes se agarraba de paso al baño.
Las situaciones en las que un celular puede terminar mojado -o más bien empapado- son muchísimas y las más comunes parecen ser el olvido (lo guardaba en el short de baño cuando se dio un chapuzón), el descuido (estaba en el bolsillo de la camisa y terminó en la pileta o en la piscina) o la omnipresencia (en un restaurante el celular a veces es más importante que la pareja a la que se invitó a la cena romántica, por lo cual corre alto riesgo de recibir el chorro de agua que se le cayó a la moza).
A la hora de salvar a un celular y como en toda emergencia, siempre hay procedimientos que conviene seguir, recomendados por los expertos. Como sucede con la salud, el tema está rodeado de mitos y supuestos sin confirmar que, sin embargo, y con la fuerza de la sabiduría popular, le pasan por arriba al método científco.
Luego de revisar varios sitios web confiables y tras analizar una serie de nuevos productos que intentan ayudar al propietario del celular “ahogado”, éstos son los procedimientos que sirven y estos otros los que nunca colaborarán para que vuelva a funcionar.
-Si su smartphone se mojó o terminó totalmente sumergido en agua, retírelo lo antes posible. Obvio, pero…
-No intente apagar o prender el celular; lo que debe hacer inmediatamente es retirar la batería, si es que el modelo lo permite (con los iPhone no se puede, así que intente apagarlo). Es importante intentar cortar la energía que tiene el dispositivo para evitar un cortocircuito. Extraiga la tarjeta SIM del celular.
-Lo que puede hacer: secarlo con una toalla o papel absorbente. Lo que no debe hacer: secarlo con un secador o dentro de un horno microondas. No se ría; a estos extremos han llegado miles de propietarios desesperados. Tampoco sirve sacudirlo en un intento infantil para que expulse el agua.
-En vez de usar un secador (que incluso podría arrastrar más la humedad hacia dentro del sistema o generar condensaciones) podría probar con una aspiradora, pero con paciencia y por un buen rato. Le digo “podría” porque esto de los celulares es como la anticoncepción: nada le asegura un 100% de éxito.
-La bolsa de arroz, ¿funciona o no funciona? Si tuviera una respuesta absoluta para esta duda ya estaría patentando el “arroz para celulares”, pero la verdad es que la mayoría de los expertos desaconsejan utilizar este método casero porque si bien el arroz actúa como secante y absorbe la humedad, advierten que el almidón que contiene también podría afectar al aparato. Ahora las protestas: ¡a mí me funcionó! ¡a mi amigo le funcionó! Bien ahí, tal vez funcione. Pero hay métodos más seguros. Si decide probar el arroz deje que el teléfono se quede ahí durante al menos 24 horas y mejor aún hasta 36. No intente prenderlo antes.
-¿Cuál es la opción más segura? Los llamados secantes naturales permiten recuperar con menos riesgo un celular mojado. Si no los consigue en su comercio de confianza, los puede encargar por Internet e incluso recurrir a un método casero y barato. Para prevenir antes que curar lo ideal es tener alguno de estos kits o sistemas en su poder antes de que le ocurra el accidente.
-Si se decide por encargar por Internet una buena opción es la Bheestie Bag, una bolsa de plástico que contiene estos productos secantes. Luego de 24 horas, según dice la empresa que lo fabrica, la bolsa logrará extraer siete veces más humedad que el arroz. Hay tamaños de bolsitas para celular y para tableta.
-Otra opción para comprar online es alguno de los kits de emergencia de Dry all que, convenientemente, se publicitan con la imagen de primeros auxilios. El kit para smartphones actúa en seis horas, según sus fabricantes. Cuestan entre 10 y US$25.
-La solución casera y casi gratuita consiste en ser meticuloso y guardar cada una de las bolsitas “antihumedad” que ahora vienen con muchas carteras, pares de zapatos y hasta ropa nueva. Estas bolsas contienen gel de sílice. En todos los casos lo importante es guardar el celular en una bolsa o recipiente hermético, para evitar que se cuele la humedad ambiente.
-Como esto del celular mojado se está convirtiendo en un negocio próspero, en Estados Unidos surgieron inventos tales como DryBox, algo así como una caja hermética en la que se puede secar el aparato desde el “nivel molecular”, según explica en su sitio web. Sin embargo este no es un producto que se pueda comprar por Amazon; hay que llevar el celular o dispositivo afectado a los lugares en los que se da este servicio.
-La duda: si entre la amable audiencia hay algún químico o experto que sepa qué contienen los productos absorbentes de humedad que se encuentran en cualquier supermercado, nos podrían ayudar a decidir si se puede correr el riesgo de introducir un celular en uno de ellos sin temor a que lo perjudiquemos más.
Luego de tan larga odisea, nada le asegurará que su teléfono volverá a encenderse y a funcionar con normalidad. Si tiene suerte, siéntase satisfecho. Si no prende seguramente no experimentará el instante de ominipotencia del que hablaba al principio, pero al menos se acercará un poco más al auto respeto por la tarea no lograda pero intentada.
Una última advertencia: el servicio técnico tiene forma de saber si su celular se mojó y las garantías no cubren este tipo de accidentes. Así que tal vez quiera reevaluar el 'cuento del tío' de que se apagó misteriosamente; la mayoría de los smartphones incluyen una suerte de sticker interior que cambia de color cuando entra en contacto con el agua, justamente para que el técnico pueda saber si le está diciendo la verdad.