En CES 2013 ya se ven los primeros impactos de este "nuevo" tipo de dispositivo que está atrayendo a los fabricantes. Pero ¿qué tan útil pueden ser para los usuarios?
Pueden llamarlo "fableta", "fonobleta" o súper teléfono inteligente, pero el teléfono móvil "ladrillo" -más próximo en tamaño a una tableta que a un smartphone de hace un par de años- ha llegado para quedarse.
Un éxito sorpresa en el 2012, el modelo está atrayendo a más usuarios, más fabricantes de dispositivos y está rediseñando el modo en que se utilizan contenidos.
"Esperamos que el 2013 sea el año de la tableta-teléfono", dijo Neil Mawston, director ejecutivo de Strategy Analytics, con sede en Reino Unido, especializada en dispositivos inalámbricos.
Mientras que Samsung Electronics ha marcado tendencia con sus dispositivos Galaxy Note, que una vez fueron objeto de burla, ahora otros fabricantes están tratando de seguirle la pista.
En la feria de Electrónica de Consumo de Las Vegas esta semana (CES), gigantes de las telecomunicaciones como ZTE y Huawei Technologies lanzarán su dispositivo propio.
ZTE, que colaboró con el diseñador italiano Stefano Giovannoni para el teléfono-tableta Nubia, tiene previsto lanzar su Grand S de cinco pulgadas, mientras que Huawei sacará el Ascend Mate, con una pantalla de 6,1 pulgadas, ligeramente más pequeño que la tableta Kindle Fire de Amazon.
"Los usuarios se han dado cuenta de que un teléfono móvil con una pantalla de casi cinco pulgadas no es un dispositivo tan incómodo", dijo Joshua Flood, analista senior de ABI Research en Reino Unido.
Liderando el cambio a las tabletas-teléfono en la corriente mayoritaria hay una confluencia de tendencias. Los usuarios prefieren las pantallas más grandes porque permiten más contenido visual que antes en sus dispositivos, y los usan menos para llamar por teléfono: el punto débil de las tabletas-teléfono.
Mientras las tabletas sólo con WiFi son cada vez más populares, también lo es el interés entre los usuarios de transporte público en dispositivos que combinen lo mejor de ambos mientras están en movimiento.
Según el último informe Ericsson Mobility, el tráfico mensual de datos por cada teléfono inteligente se cuadriplicará entre ahora y el 2018 hasta 1.900 megabytes.
El aumento es un mercado para las tabletas-teléfonos que cuadruplicarán en valor hasta US$135.000 millones en tres años, según Barclays. Los dispositivos que tienen cinco pulgadas o más se multiplicarán por nueve hasta US$228 millones durante el mismo periodo, aunque las estimaciones varían porque nadie se pone de acuerdo dónde acaban los smartphones y empiezan las tabletas.
Pero esa es la cuestión, según algunos.
"Creo que el tamaño del teléfono era una noción preconcebida basada en el uso de voz", dijo John Berns, un ejecutivo con sede en Singapur que trabaja en la industria de la tecnología de la información. Recientemente cambió su Note por el nuevo Note 2 y compró otro para su novia en Navidad. "Más pequeño era mejor hasta que los teléfonos se hicieron inteligentes y visuales".
Asia-Pacífico es, y continuará siendo, el mayor mercado para las tabletas-teléfono, según Flood. El año pasado, la región absorbió el 42% de los envíos mundiales, una proporción que se expandirá de manera constante en los próximos años hasta alcanzar más del 50 por ciento de los envíos para el 2017, según cifras de ABI.
"Países como Japón y Corea del Sur serán mercados principales para las tabletas-teléfonos", dijo Flood, añadiendo que China, India y Malasia podrían ver un aumento de la demanda para dispositivos de pantallas más grandes conforme desarrollan nuevas redes 4G de forma extensiva.
Samsung ha sido el motor y el beneficiario. Mientras que otros de la industria enviaron dispositivos con pantallas de mayor tamaño en el pasado -Dell lanzó su Streak en 2010- sólo cuando la firma coreana sacó el Galaxy Note a finales de 2011, con su pantalla de 5,3 pulgadas, los usuarios se interesaron.