Teléfonos inteligentes, tablets, internet portátil, notebooks, netbooks, consolas portátiles y una larga lista de dispositivos de todo tipo están enviando a cada momento sus señales por sobre nuestras cabezas, inundando el espacio electromagnético con mensajes, videos, fotos y música. Y esto no es todo, porque recién nos encontramos en los albores de estas costumbres y, especialmente en Latinoamérica, los avances técnicos y la disminución de los precios terminarán por hacer que todos estemos conectados, en todo momento.
¿Cómo afectará esto a las redes? ¿Cuál es el estado de la banda ancha móvil (3G) en Latinoamérica y hacia dónde se dirige? ¿Qué tan lejos está la región de la nueva generación de conexiones, 4G?
Hace pocos días se realizó el festival de música
Lollapalooza Chile 2012, que contó con más de 140 mil asistentes de todas partes del mundo. Si antes lo importante era sólo disfrutar de las bandas y lograr un espacio cerca del escenario, ahora este tipo de eventos incluyen comida casi gourmet, bebestibles de todo tipo, actividades para la familia y una gran cantidad de interacción con internet: redes sociales, códigos QR, comentarios, registros y aplicaciones. ¿El problema?
Son tantas las personas conectadas que las redes se saturan al punto de demorarse varios minutos en hacer un comentario por Twitter y descargar una aplicación se vuelve una batalla imposible e incluso los cajeros automáticos (que funcionan con internet móvil) se vuelven inutilizables. Un par de semanas antes, con alrededor de 10.000 personas, se logró apreciar el mismo caso en el
Festival Estéreo Picnic 2012 en Bogotá, Colombia.
Creciendo por la banda ancha
Según cifras de Ericsson, el tráfico de datos en el mundo creció durante el 2011 más de 130% y para este año se espera un crecimiento aún mayor, debido al incremento en el uso de los dispositivos mencionados al comienzo. A esto se suma además el tipo de contenido que se consume, siendo el video en línea y la música lo que más atrae a los usuarios, y lo que más sobrecarga las redes móviles.
"Latinoamérica no está lejos de esa realidad", cuenta José Ayala, gerente de Relaciones de Gobierno e Industria para América Latina de Ericsson, empresa especialista en temas de telecomunicaciones y sistemas de comunicación de datos, que recientemente se separó de Sony en la producción de teléfonos móviles. "Los operadores han estado invirtiendo, pero tienen que prepararse aún más para ser capaces de cumplir con las con las altas expectativas de los usuarios y el creciente tráfico de datos que viene aumentando sostenidamente", agrega el ejecutivo.
Con respecto a esto, Erasmo Rojas, director para América Latina y el Caribe de
4G Americas, asociación que agrupa a los líderes en la industria de las comunicaciones inalámbricas, como Alcatel-Lucent, AT&T y Huawei, comenta que la penetracion de banda ancha movil en Latinoamérica a fines del 2011 era del 12%; a fines del 2010 era 7% y a fines del 2009 era 3%.
"La penetracion de banda ancha movil ha crecido mucho especialmente en las grandes ciudades y sitios turísticos pero aún es deficiente en las áreas rurales y remotas".
Esto indica claramente el crecimiento meteórico de estas conexiones en la región, algo que no parece detenerse, dado que Ericsson prevé que Latinoamérica superará las 250 millones de suscripciones a banda ancha móvil 3GPP (el estándar más común de conexión) al término de 2012, cifra que para 2015 se multiplicaría por más de dos, con la proyección de que alcance más de 700 millones de suscripciones para 2016.
Latinoamérica en la próxima generación
¿Pero en qué consiste 4G y qué beneficios presenta? Si la región ha tenido problemas con 3G, ¿están preparadas sus redes para 4G?
En palabras simples, 4G es la siguiente generación de conexiones inalámbricas, que mejora sus velocidades de carga y descarga, además de presentar mejor estabilidad en general. Para poner un ejemplo claro, la velocidad de descarga promedio en conexiones 3G es de 2Mbps, alcanzando peaks de 7Mbps, mientras que en 4G esta puede llegar a 100Mps, (aunque se supone que deben ser capaces en algún momento de ofrecer 1.000Mbps). Dentro de todas las tecnologías que se consideran 4G, la más común es LTE (Long Term Evolution), y es la que tiene más posibiidades de oficializarse en la región.
"La tecnología 4G LTE se ofrece comercialmente en America Latina y el Caribe en las bandas de espectro de 700 MHz, 1.7/2.1 GHZ y 2.6 GHz. En EE.UU. está en servicio en las bandas de 700 MHz y 1.7/2.1 GHz desde septiembre 2010 y en Escandinavia, en la banda de 2.6 GHz desde diciembre 2010.", cuenta Erasmo Rojas de 4G America. "Un nuevo espectro en estas bandas ha sido ya subastado en Chile (1.7/2.1 GHZ en septiembre 2009), Colombia (2.6 GHZ en julio 2010) y México (1.7/2.1 GHz en julio 2010). Sin embargo, Colombia ha sido el único país en lanzar en el nuevo espectro la tecnología LTE a fines del 2011". Pero estas diferencias en las bandas no implica que se vaya a dar un inconveniente permanente a la hora de adaptar productos de una banda a otra (como sucedio con iPad en Australia, recientemente), sino que sólo sería necesario actualizar equipos como terminales.
Según explica el ejecutivo de 4G America, para implementar tecnologías como HSPA+ y LTE en America Latina los operadores necesitan modernizar su red de conexión backhaul para poder procesar las velocidades más altas que se ofrecen ahora a través del Down link (dirección antena al terminal movil); ello significa identificar las áreas donde se estima habrá un mayor consumo de datos y desplegar sistemas de transmisión mas rápidos (fibra óptica. Microondas, Ethernet). Por parte del gobierno, la mayor responsabilidad es la de ágilmente liberar espectro nuevo –y que en lo posible no esté siendo usado para otras aplicaciones- para desplegar las redes que soporten los dispositivos cada vez mas sofisticados (smartphones, tablets) que hoy inundan el mercado del consumidor.
Lo que queda ahora esperar, es que tanto los gobiernos como las empresas desarrollen la infraestructura necesaria para que tanto las redes actuales como las futuras, entreguen la mayor calidad de servicio posible.