No hay que pensar que ocurrirá lo peor, pero no está de más que los padres acorten la ventaja tecnológica que les llevan sus hijos y conozcan qué descargan y qué usan fuera de su vista.
Hasta no hace mucho tiempo solo existía una red social: el teléfono (y era fijo). Los padres podían oír las conversaciones de sus hijos por más que se escondieran en el ropero. Luego vinieron los chats y empezó a difuminarse el control parental sobre los usos, consumos y abusos de la tecnología. Hoy, con adolescentes armados con smartphones, los padres están a la deriva. Muchos padres no tienen ni idea de lo que sus hijos hacen en internet.
Aplicaciones como Ask.fm, Secret o Whisper, o servicios de mensajería no convencionales como Kik Messenger o Snapchat, son las favoritas entre los adolescentes, entre muchas razones, porque les otorga un sentido de privacidad. El celular no es un cajón que se pueda abrir o una mochila que se pueda revisar.
En octubre, un informe del banco de inversiones Piper Jaffray reveló que una buena cantidad de chicos de 13 a 19 años estadounidenses se fugaba de Facebook, “repleta de padres”, hacia Twitter e Instagram.
“Los chicos están utilizando las aplicaciones porque son divertidas, rápidas, fugaces y una manera más informal para comunicarse”, dijo Caroline Knorr, experta de Common Sense Media, una organización no lucrativa que educa a los niños y las familias sobre el uso de la tecnología. “Y para la mayoría de los niños, es inofensivo”, comentó en la revista Time.
No hay que pensar que ocurrirá lo peor, pero no está de más que los padres acorten la ventaja tecnológica que les llevan sus hijos y conozcan qué descargan y qué usan fuera de su vista.
Muchas de estas aplicaciones ofrecen anonimato. Están aquellas para compartir secretos, para buscar consejos sin vergüenza y hasta para hacer catarsis. Allí no existen los nombres propios. Puede llegar a ser divertido. Pero, en manos equivocadas, son caldo de cultivo para los agravios y la frustración. Son una herramienta fácil para los ataques personales, la revelación no deseada de intimidades, el acoso por internet y la eventual presencia de pedófilos.
Yik Yak, lanzada en 2013, fue noticia cuando un liceo de California encerró a sus alumnos porque alguien envío una amenaza de bomba. Un tribunal del Estado de Espíritu Santo (Brasil) exigió a Google y Apple a que limiten el acceso de los usuarios a Secret, luego que fuese utilizada para atacar a pacientes con VIH. En Guatemala se estudia su prohibición tras la divulgación de fotos de adolescentes desnudas. Ask.fm ha sido implicado como un factor en, al menos, cinco suicidios de adolescentes. El anonimato es, en definitiva, una excusa para no medir las consecuencias.
En la última tecnología, como en todo, los especialistas recomiendan aplicar la regla más antigua de una buena crianza: siéntate y habla con tu hijo también sobre lo que significa la privacidad en internet.
Ask.fm
“¿Eres virgen?” o “¿tendrías sexo con…?” son las típicas preguntas que se hacen los adolescentes en esta plataforma, de forma anónima y sin ningún filtro, lo que ha originado casos de acoso por internet. Solo puedes monitorear a tu hijo si conoces su nombre de usuario.
Secret
La idea es simple: compartir y comentar secretos de forma anónima. Pero se presta para todo: desde chismes hasta difamaciones, o para divulgar pornografía. La aplicación destaca los posts con más “corazones” (equivalentes al “me gusta” de Facebook).
Whisper
Muy similar a Secret pero sin la posibilidad de conectar a Facebook o Twitter. El diario británico The Guardian reveló que la aplicación utiliza funciones de geolocalización para rastrear a sus usuarios. Desde la empresa se informó que hay 120 moderadores que revisan los mensajes.
Kik Messenger
No está permitido su uso por menores de 17 años pero la aplicación no tiene forma de verificar la edad del usuario y, por lo tanto, no tiene control parental. Kit borra las conversaciones después de cierto tiempo por lo que los padres no pueden rastrear los chats.
Snapchat
El usuario decide por cuánto tiempo puede ser visto su mensaje por su receptor. Gracias a esta volatilidad, el servicio es ideal para enviar contenido subido de tono o agravios sin dejar rastro. La información permanece en el dispositivo por un lapso de 24 horas.
Tinder
Los usuarios de entre 13 y 17 años representan el 7% de su público y sigue en aumento. La aplicación, actualmente de moda para encontrar pareja, facilita la localización y el encuentro entre dos desconocidos. Funciona como un catálogo de fotos en el que la apariencia motiva el contacto.