Este diseño obtuvo el récord de velocidad en la categoría de vehículo impulsado únicamente por energía humana.
Por Pablo G. Bejerano. La pregunta que está detrás de los trabajos y la ingeniería de Aerovelo es “¿qué podemos hacer con una cantidad pequeña de energía?”. Llaman a esta cantidad pequeña de energía la fuerza que es capaz de proporcionar una persona. No se trata ni mucho menos de empujar ni de levantar peso. El método es mucho más eficiente: consiste en pedalear. No en vano la bicicleta es un medio ampliamente extendido en algunas partes del planeta y esto quiere decir algo.
La empresa Aerovelo, con sede en Toronto, Canadá, ha diseñado cuidadosamente lo que se podría considerar una bicicleta –sofisticada en extremo y con el aspecto de una cápsula aeroespacial, eso sí– para competir en el World Human Powered Speed Challenge, que se celebra en el estado de Nevada. La carretera recta, llana, lisa de cinco millas es el recorrido que pueden hacer los vehículos para intentar ganar cuanto mayor velocidad mejor.
Los vehículos que compiten en el World Human Powered Speed Challenge se impulsan mediante el pedaleo que lleva a cabo un piloto en posición horizontal, pues de esta manera se imprime mayor vigor a la rotación del plato. Aerovelo ha obtenido el récord de velocidad en esta prueba con el nuevo diseño que ha metido en carrera este año.
La marca a batir estaba en 133,5 km/h y el vehículo de la compañía canadiense ha logrado alcanzar los 138 km/h. El diseño de la aerodinámica y de la mecánica se ha llevado a cabo durante todo un año para mejorar los prototipos que la empresa tenía hasta el momento. Todas las piezas tenían que ser optimizadas e integradas de manera que el conjunto alcanzase la mayor velocidad posible.
Ni que decir tiene la progresión de los trabajos se basaban en el método ensayo-error, de forma que cuando un prototipo estaba listo había que probarlo para ponerlo al límite. El piloto encargado de llevar a cabo estas pruebas, Todd Reichert, que también conduciría la cápsula en la competición, se montaba y pedaleaba como un diablo, hasta que el vehículo se accidentaba de alguna manera. Entonces había que descubrir cuál era el fallo y revisar el diseño.
El trabajo ha dado sus frutos porque en el momento de la verdad Reichert salió disparado como una bala y superó el anterior récord de velocidad con un vehículo propulsado por la energía humana. Desde Aerovelo lanzan un mensaje inspirador: “nunca dejas que por tu mente cruce el pensamiento de que puedes fallar o de que esto es el final, porque nunca termina”.