La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos estaría pensando en permitir lectores electrónicos y tabletas prendidos durante todas las etapas de un vuelo.
Viajeros, hay noticias. De acuerdo con reportes que han comenzado a emerger en varios portales de tecnología, la máxima autoridad en temas aeronáuticos en Estados Unidos, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), estaría pensando en remover la restricción de uso para varios dispositivos electrónicos en la cabina de un avión.
El posible cambio de postura de la FAA responde a la presión de grupos de consumidores, por un lado, y al fuerte lobby que los fabricantes vienen haciendo desde hace años al interior del gobierno de este país.
Una advertencia, primero. La modificación en las normas de seguridad en vuelo que estaría planeando la FAA no incluiría teléfonos celulares, asegura Nick Bilton, periodista de The New York Times, quien cita fuentes anónimas dentro del organismo.
Toda la historia parece tener sentido. Durante años, fabricantes como Apple o Amazon (que produce lectores electrónicos y tabletas) han argumentado que sus dispositivos no emiten señales que puedan resultar nocivas para las comunicaciones de una aeronave, por lo que no representan un riesgo para la seguridad del vuelo.
Los teléfono celulares, al parecer, son otra historia. Si bien no resulta del todo verosímil que un celular sea capaz de tumbar un avión, en palabras simples, se cree que las señales de la antena celular sí pueden interferir brevemente con las comunicaciones del avión. Así lo asegura Fabio Lara, especialista en aviónica y docente de la Escuela Aeronáutica de Colombia.
Esta razón, la interferencia en las comunicaciones de la aeronave, resulta aún menos posible cuando se examinan dispositivos como lectores electrónicos (Kindle o Nook, por ejemplo) o tabletas que no tienen conectividad 3G o en modo avión.
En medio del viraje en su política, la FAA se encuentra adelantando, desde el año pasado, un estudio para determinar qué tan exactas son las teorías acerca de la interferencia que distintos aparatos electrónicos pueden causar. Buena parte de la regulación aeronáutica que se aplica sobre este punto particular en todo el planeta data de los primeros años de la era celular, momento en el que, tanto la tecnología de telefonía móvil, como la de comunicación de los aviones, eran diferentes. Las cosas han evolucionado, pero en este tiempo no se ha ofrecido evidencia científica nueva y consistente que pruebe qué se puede prender y qué no.
Para no cometer los errores del pasado, el estudio que se está adelantando promete unificar parámetros, para así ofrecer un único set de reglas que, además, aplicarían para dispositivos que no aún no han salido al mercado.
La discusión llega en momentos en los que se habla de una era post-pc, un término acuñado para definir la creciente adopción de dispositivos de computación que no necesariamente son computadores: tabletas, celulares, lectores electrónicos y, al parecer en un futuro cercano, relojes y gafas inteligentes.
Sólo en la pasada temporada navideña se calcula que, en el mundo, una de cada seis personas que compró un dispositivo de computación se hizo a un iPad; se estima que esta proporción crece a más de la mitad cuando se incluyen tabletas de otros fabricantes. Cifras de la International Data Corporation (IDC) aseguran que el mercado de productos inteligentes (celulares, tabletas, lectores electrónicos y computadores) creció 27% el año pasado, con relación a lo registrado en 2011.