La compañía lanzó Flex, su nuevo servicio de delivery por medio de ciudadanos comunes y corrientes que funcionen como repartidores por tiempo limitado.
Amazon no para. No solo quiere llegar a sus clientes a través de drones o un botón en un electrodoméstico, sino que ahora también busca que los ciudadanos puedan volverse en repartidores por el tiempo que deseen y por la cantidad de paquetes que quieran repartir. Se trata de Amazon Flex, un nuevo servicio que trata de imitar el servicio de delivery de Uber.
Los conductores que trabajarán para la empresa cobrarán entre US$18 y US$25 por hora pero deberán llevar su propio auto y un celular con Android para comunicarse. El trabajador podrá elegir entre trabajar en lapsos de dos, cuatro u ocho horas.
"Sé tu propio jefe: reparte lo que quieras, cuándo quieras", es el slogan con el que Amazon busca persuadir a futuros conductores. Por el momento, la empresa busca personas que utilicen un auto. Sin embargo, aseguran que próximamente tomarán personas para realizar las entregas a pie y en bicicleta.
El servicio comenzará a estar disponible en Seattle y luego será lanzado en Nueva York, Baltimore, Miami, Dallas, Austin, Chicago, Indianapolis, Atlanta y Portland.