Según informa el portal HackerNewsBulletin, se trata de nueve ataques a sitios web relacionados con el mundial (sponsors) y gubernamentales.
El grupo de hackers conocido como Anonymous inició el pasado miércoles la campaña #OpHackingCup, con la que ratificaron su apoyo a las protestas que se llevan a cabo en Brasil en contra de la organización de la copa del mundo. El primer blanco de esta ofensiva fueron nueve páginas del gobierno del país carioca.
Según informa el portal HackerNewsBulletin, que maneja noticias de interés para los hackers del mundo, se trata de sitios web relacionados con el mundial, como la página que el gobierno de Brasil habilitó para dar a conocer toda la información sobre el evento. Así mismo estuvieron bajo ataque las páginas de algunos de los estados sede de los partidos de la cita orbital.
El sistema que usa el grupo de “hacktivistas” para que estos portales dejen de funcionar se conoce como Ataque de Denegación de Servicios (DDoS), el cual hace colapsar los sitios web al generar una cantidad de peticiones de conexión muy superior a la que estos pueden soportar. Básicamente Anonymous genera un enlace que reparte públicamente vía Twitter para que las personas ingresen a la página, este a su vez multiplica el número de visitas y el sitio se cae.
Los ataques de este jueves, según el portal especializado en noticias para hackers, incluyen páginas como la del Emirates Airlines y Hyunday Brasil. Anonymous amenaza con atacar a los sitios web de los principales patrocinadores de la copa mundial, entre estos se encuentran Adidas, Coca.cola, Budweiser, Sony, McDonalds, Visa y Sony.
El grupo de hackers había anunciado sobre estos ataques a inicios de la semana pasada, tiempo durante el cual hicieron pruebas con las que determinaron qué patrocinadores tenían las páginas web más vulnerables. Así mismo ingresaron al servidor del Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil de donde afirman haber extraído más de 300 documentos confidenciales.
Con esta ofensiva Anonymous ratifica su apoyo a las protestas que se llevan a cabo en Brasil en contra del alto gasto que significó el organizar la copa del mundo y que, argumentan los activistas, debió ser usado para mejorar los deficientes servicios públicos del país.
