Ingresar a una misión espacial implica una enorme perseverancia y un exhaustivo entrenamiento físico, académico y psicológico. Así, un viaje de sólo 14 días puede implicar hasta ocho años de preparación.
Cromo - El Observador. Ser astronauta no es ninguna tarea fácil. Implica una enorme perseverancia y un exhaustivo entrenamiento físico, académico y psicológico. Así es como se entrenan los astronautas en las principales agencias espaciales.
La Agencia Espacial Europea (ESA) explica en su web que su programa de entrenamientos consta de tres etapas:
Entrenamiento básico: La parte física se centra en el aprendizaje de técnicas de submarinismo, mientras que la parte intelectual abarca materias como tecnología espacial. Además, se adquieren conocimientos básicos de medicina y del funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (EEI). El curso tiene una duración de un año.
Entrenamiento avanzado: Se conocen más a fondo los componentes de la EEI, los vehículos de transporte, los experimentos y la intervención del centro de control terrestre en las misiones.
Asignación de una misión: En esta tercer etapa se pone en práctica especialmente la cooperación con los demás miembros de la tripulación, además de aprender tareas específicas de la misión y participar en vuelos parabólicos (que preparan para la ingravidez). La centrífuga humana determinará si se está preparado, física y psicológicamente, para un vuelo espacial.
En cuanto a los idiomas, además del inglés que es obligatorio, el entrenamiento puede incluir el aprendizaje de varios idiomas extranjeros, puesto que los centros de entrenamiento se encuentran en distintos países (Estados Unidos, Canadá, Rusia, Japón, entre otros).
Según informa Xataka, la preparación de los astronautas de la NASA puede llevar de cinco a ocho años para una misión de 10 a 14 días.
Al igual que en la ESA, se aprende el funcionamiento y la estructura de la EEI y se preparan para la rutina así como también para emergencias como, por ejemplo, despresurización de la cabina. También se practica la integración del trabajo en equipo y la cooperación, lo cual es fundamental dada la cantidad de tiempo que un astronauta puede llegar a compartir con sus compañeros.
En cuanto a la preparación intelectual, la NASA integra materias que van desde la mecánica orbital o la astronomía hasta la oratoria. También se instruye en primeros auxilios, procedimientos médicos y entrenamientos de supervivencia.
Para el entrenamiento de la ingravidez existen varios procedimientos. Uno de ellos son los vueos parabólicos, que se realizan en períodos de 20 a 25 segundos de gravedad cero, con aviones como los KC-135. También se entrena en una especie de pista de hockey de metal llamada Precision Air-Bearing Floor, donde se practica el movimiento de grandes objetos en el espacio, con ausencia de fricción y rozamiento. Otro de los entrenamientos es en una piscina de 22,7 millones de litros, con sesiones que pueden durar hasta siete horas.
El programa de la NASA no es estático sino que evoluciona según el tipo de misión. Actualmente, la agencia ya está trabajando en los métodos de preparación para misiones más duraderas, por ejemplo, a Marte.
La Agencia Espacial Japonesa (JAXA) también tiene su propio método de preparación para ir a la EEI, el cual se divide en cuatro etapas.
Entrenamiento básico: En este punto, los candidatos a astronauta aprenden conocimientos básicos de ciencia, ingeniería y tecnología específica para el trabajo. Esta etapa también incluye preparación física, mental y conocimientos del lenguaje, y tiene una duración de un año y medio.
Entrenamiento avanzado: En esta segunda etapa, a los astronautas (ya no son candidatos) se los prepara específicamente para las operaciones en la EEI, y tiene una duración de un año y medio a dos.
Entrenamiento de actualización o refresco: Implica un repaso de los conocimientos y técnicas adquiridas en los entrenamientos anteriores. Esta tercer etapa no tiene un tiempo definido.
Entrenamiento específico: Este se realiza una vez que el astronauta fue seleccionado para viajar a la EEI y tiene una duración de un año y medio.
Esta desproporción entre el tiempo de preparación y la duración de las misiones es algo que haya sido siempre así. Cuando estaba empezando a germinar la famosa "carrera espacial", la situación era completamente inversa. La preparación física para mejorar la resistencia corporal era extrema y el entrenamiento llegaba a ser una tortura.
Afortunadamente, actualmente las agencias espaciales disponen de la tecnología adecuada para proporcionar una correcta preparación. Poco a poco, los avances permitieron que fuera posible simular las condiciones de las misiones espaciales, empezando por los vuelos parabólicos y las piscinas.
Esto no quita que la dureza de los entrenamientos siga siendo feroz, por lo cual convertirse en un astronauta aún implica una tremenda perseverancia y gran vocación.