La Agencia Espacial Europea y la NASA unen sus fuerzas para una misión tan inédita como asombrosa.
Por Angela Bernardo para Think Big. ¿Qué haríamos si un asteroide se aproximara a la Tierra? ¿Seríamos capaces de estar preparados ante esta amenaza? ¿O incluso de desviarlo? Estas preguntas, que podrían ser el argumento de una película de ciencia-ficción, han centrado una investigación conjunta de la Agencia Espacial Europea y la NASA. Para responderlas, deberemos esperar hasta 2020 cuando se lance oficialmente la misión Asteroid Impact Mission (AIM).
Los asteroides son cuerpos rocosos o metálicos, más pequeños que un planeta. Hoy en día sabemos que existen millones de cometas y asteroides, pero sólo una pequeña parte de ellos tienen órbitas cercanas a la Tierra. Y de éstos, como explica Daniel Marín, únicamente una minúscula fracción puede ser considerada como “potencialmente peligrosa”.
A pesar de que su tamaño varía muchísimo, pues nos encontramos desde piedras pequeñas a rocas con un diámetro superior a los mil kilómetros, la investigación espacial debe hacer frente y estar preparada ante amenazas de cualquier tipo. El impacto de asteroides contra la Tierra no es nuevo, y en ocasiones ha llegado a generar cráteres tan impresionantes como el de Vredefort en Sudáfrica, cuyo radio mide 190 kilómetros.
Por poner otro ejemplo, el objeto que chocó contra el planeta provocando la extinción de los dinosaurios tenía un tamaño entre ocho y diez kilómetros. A pesar de estos datos, no debemos preocuparnos, pero sí ocuparnos de una temática tan desconocida como misteriosa: el posible impacto de asteroides.
Y es que aunque nuestro planeta está lleno de ‘cicatrices’ de choques menores, conocemos poco o nada acerca de estos cuerpos rocosos. Para saber más, y prepararnos ante una hipotética amenaza, la ESA ha iniciado una misión que pretende estudiar de cerca el sistema binario de asteroides conocido como Didymos. Este par de asteroides cuenta con un diámetro de 800 metros y orbitan a una luna de menor tamaño, llamada Didymoon.
Ésta es la que según los investigadores presenta mayor peligro. Didymoon tiene un diámetro de 170 metros, pero en el año 2022 pasará relativamente cerca de la Tierra (según las estimaciones, a 11 millones de kilómetros). Por lejana que parezca esta distancia, podría representar una amenaza potencial si no estuviéramos preparados.
Por este motivo, la misión AIM pretende lanzar una nave espacial en 2020 para analizar de cerca el sistema binario de asteroides. Esta primera fase servirá para dibujar los mapas de su superficie y estructura interna, con el objetivo de dar paso a una segunda etapa, en la que una nave impulsada por la NASA -conocida como DART- tendrá como finalidad chocar contra Didymoon a una velocidad de 6 kilómetros por segundo.
Gracias a este trabajo, las agencias espaciales pretenden saber qué ocurrirá tras el impacto de DART contra Didymoon. ¿Cuáles serán las consecuencias cinéticas sobre el satélite? ¿Conseguiremos modificar su trayectoria? ¿Cómo afectará el golpe a su estructura? La tecnología no sólo nos permitirá defendernos de una amenaza, sino que por primera vez en la historia seremos capaces de alterar la dinámica del Sistema Solar. Y podremos medirlo y evaluar sus efectos.