Científicos de la agencia espacial de EE.UU. capturaron in fraganti a una estrella mientras absorbía un planeta pequeño. Un fenómeno que podría suceder algún día en nuestro propio mundo.
¡Eso no es una luna! Al menos, ya no. Una enana blanca que los científicos están comparando en broma con la Estrella de la Muerte (una nave espacial de la franquicia Star Wars capaz de causar destrucción planetaria) fue atrapada en el acto de absorber un planeta pequeño y rocoso.
Esta Estrella de la Muerte de la vida real es, en realidad, una estrella muerta. Las enanas blancas son remanentes muertos y densos de estrellas que en algún momento fueron como nuestro propio sol. Un día, el sol se expandirá hasta formar una enorme y fría gigante roja. Luego perderá todas sus capas externas y se achicará hasta convertirse en una enana blanca, con su masa disminuida a la mitad.
En un estudio publicado este miércoles en Nature, los investigadores reportan el primer "planeta" (en realidad era del tamaño de un asteroide) hallado orbitando una enana blanca a 570 años luz de la Tierra. Está muy cerca a su anfitrión muerto (cerca del doble de la distancia entre la Tierra y la Luna) y orbita una vez cada cuatro horas y media. De acuerdo con los científicos que estudian el objeto, esta proximidad ha causado su deterioro.
Al observar el pasaje del planetoide en frente de su estrella utilizando el telescopio Kepler, los investigadores encontraron señales de un mundo rocoso hecho pedazos. Kepler (ahora llamado K2) funciona al mostrarles a los científicos las variaciones del brillo de las estrellas, lo que puede revelar el tránsito de los planetas entre las estrellas y el telescopio. El patrón de esta enana blanca indicaba un objeto irregular, como un cometa con una cola. Los investigadores creen que esta señal inusual es causada por una nube de desechos polvorientos de un objeto en desintegración, que está siendo destruido por la fuerte gravedad de la densa estrella.
"Esto es algo que ningún humano ha visto antes", dijo el autor principal de la investigación, Andrew Vanderburg, del centro Smithsonian de Astrofísica de Harvard en un comunicado. "Estamos viendo un sistema solar destruirse".
Los hallazgos ayudan a explicar un fenómeno inusual que ha sido observado previamente. Como una enana blanca tiene tanta gravedad, cualquier elemento pesado (como calcio, silicio y hierro) debería ser absorbido a su núcleo, dejando solamente a los elementos más livianos, como el helio y el hidrógeno en su superficie. Pero han encontrado que algunas enanas blancas tienen superficies contaminadas con elementos más pesados y los científicos sospecharon que los elementos podrían ser desechos de cuerpos planetarios recientemente destruidos. El estudio da un gran paso al probar que este es el caso.
"Durante la última década hemos sospechado que las enanas blancas se estaban alimentando de los restos de objetos rocosos y este resultado podría ser la evidencia que estamos buscando", dijo Fergal Mullally, científico del K2 en el centro de investigación Ames de la NASA, en un comunicado. "Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para descubrir la historia del sistema".
Como nuestro sol podría convertirse en una enana blanca algún día, sistemas como este podrían darnos una señal de nuestro propio (pero por suerte distante) futuro.