Las compañías proveedoras de internet en la región cada vez están promocionándo con mayor énfasis las virtudes de la nueva generación 4G, que revolucionará la vida móvil. Pero hay que tener cautela ante la carencia de nuevos operadores que generen competencia y la lenta adaptación de la infraestructura de la última milla.
Entre 10 y 30 minutos se demoraba en abrir la página del navegador Netscape cuando los alumnos de la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso (UPLA) en Chile, concurrían a la preciada sala donde estaban los dos únicos dos computadores que la casa de estudios tenía conectados a internet allá por el año 1999. Los jovenes estudiantes, que debían anotarse con días de anticipación en una lista para reservar su hora de PC, sufrían debido a la lentitud de la conexión a la red, que por esos años no era más que una rareza utilizada por los “gringos” o académicos de alto nivel y que a nivel latinoamericano llegaba recién a los 7 millones de usuarios, según la consultora IDC.
Sin embargo, todo cambió con el arribo del nuevo milenio, siendo los “conectados” alumnos de la UPLA testigos privilegiados del cambio tecnológico y social que, sin ni siquiera pensarlo, estaba ocurriendo a sólo metros de sus aulas, puesto que en octubre de 2000 se instalaba el cable submarino transcontinental de fibra óptica que expandiría por toda la región sudamericana la internet, con una calidad muy superior a la existente, transformando para siempre el modo de relacionarse con la información, las prácticas laborales y el nuevo contrato social, dominado por las redes sociales que hoy en día, y después de 10 años, lideran el mundo conectado.
El cable submarino que llegó aquella tarde a la playa Las Torpederas, ubicada a sólo 200 metros de la citada univerisdad, sorprendió a los habituales visitantes de aquella playa, puesto que nadie entendía qué hacía un barco, ayudado de buzos tácticos, hundiéndo un cable en dirección a la orilla. Por esos años, pocos conocían la tecnología que hacía posible internet y menos aún a la empresa transnacional que la estaba instalando: Global Crossing, compañía que es uno de los proveedores troncales de internet a nivel mundial, conocidos como los TIER1, y que junto a AOL, AT&T y Sprint, entre otros, distribuyen la red a todo el globo. Desde el año 2000, Global Crossing tiene su cuartel central para el cono sur en Valparaíso.
En la década recién pasada, la penetración de internet en Latinoamérica ha experimentado cifras más que alentadoras, llegando el año 2010 a 112 millones de usuarios, configurando una región conectada a las grandes redes globales de comunicación y datos, que ha transformado la vida y las prácticas de millones de ciudadanos latinoamericanos, quienes día tras día utilizan más tiempo y dinero para navegar en la red que con los años ha ido mejorando su alcance, calidad y potencia y que para 2015 espera contar con 260 millones de usuarios, según el Cisco Visual Networking Index (VNI) Forecast (2010-2015).
Ahora queda en la anécdota la espera de 30 minutos para abrir una página web; sin embargo, el panorama no es absolutamente alentador, pues las empresas proveedoras de internet, las ISP, que son las responsables que la red llegue al hogar, o como dicen algunos, las responsables de la “última milla”, no están ofreciendo todo el potencial que la red TIER1 tiene para ofrecer. Es más, pareciera que existiría cierta colusión consuetudinaria para ofrecer planes similares, precios similares y anchos de banda similares, lo que a juicio de expertos, afectará a la larga el desarrollo de los países.
"Al haber un mercado menos desarrollado en oferta y demanda en Latinoamérica, se da una especie de colusión natural de los proveedores de internet, porque es tan poca la competencia, que impide una movilidad en los precios; cuando algo cambia, cambian todos juntos, especialmente en la última milla que es la que más afecta al usuario y que es donde más existe monopolio. Generalmente las casas y departamentos tienen muy pocas opciones de proveedores, en muchos casos tienen uno sólo y en otros casos dos, por lo tanto, la verdad es que no hay mucho donde elegir y las personas están obligadas a tomar sí o sí lo que hay, lo que siempre ha hecho sospechar (en Chile), que los precios que llegan al usuario final, que son altos, podrían bajar si es que existiera una real competencia”, dice José Miguel Piquer, Ph.D en informática de la Univerisdad de Chile.
En América Latina, la velocidad de ancho de banda promedio crecerá 2,9 veces entre 2010 y 2015 desde 2,8 Mbps a 8 Mbps como promedio, dice el Cisco Visual Networking Index (VNI) Forecast (2010-2015), por lo que las diferentes ISP están tratando de implementar las inversiones necesarias para poder ofrecer los servicios más robustos de 4G LTE (Long Term Evolution) que permitirán la transmisión de datos a una velocidad muy superior a su antecesor 3G, mejorando la descarga de video de alta definición, juegos interactivos y múltiples aplicaciones de gran sofistificación con velocidades de hasta 50Mbps.
Esta transformación de la oferta por parte de las ISP regionales, que en algunos casos ya están ofreciendo planes 4G LTE, requiere de una inversión en infraestructura de redes que haga posible que el aumento de velocidad llegue al usuario. Estos cambios, deberán implementarse con rapidez por las operadoras, puesto que si no son realizados, la idea de una conexión F1 sólo será una promesa sin clumpir.
"Actualmente la demanda de datos es tan alta, que el problema que vemos es la necesidad de mejorar el sitema de transmisión backhaul, que es donde se conectan los nodos entre las redes, porque estas redes muchas veces son cuellos de botella, por lo que se requiere un cambio a nuevas tecnologías como fibra óptica o microondas, para mejorar la velocidad y para que no se pierda la velocidad que viene de la antena al móvil. Creemos que vendrá una gran inversión en esta área y si no se hace, se estará perdiendo velocidad", dice Erasmo Rojas, director de 4G Americas para América Latina y el Caribe.
Actualmente hay 30 operadores en la región de las publicitadas nuevas redes 4G LTE que han anunciado planes para lanzar LTE, por lo que las subastas de espectro en cada país y la penetración de teléfonos inteligentes son los ingredientes claves para el éxito de 4G LTE.
El punto de quiebre en la capacidad actual y futura de la red de banda ancha en Latinoamérica, radica en la importancia que ésta tiene en el desarrollo de las empresas y, por ende, de la competitividad y motor de crecimineto de la región, puesto que tal como lo indica el Telecommunication Policies for the Americas, de la Organización de Estados Americanos (OEA), el acceso a la banda ancha debería ser promovido “como elemento clave para obtener la cobertura requerida por las comunidades para alcanzar la inclusión social, muy importante por su impacto en el sector productivo y en el desarrollo de nuevos negocios". Es más, para el mundo empresarial la necesidad de mayor capacidad de red es trascendental, puesto que permite la adopción de herramientas y aplicaciones corporativas de última generación, como plataformas de ERP y aplicaciones específicas de cada negocio.
"Hay una relación directa entre la demanda de telecomunicaciones e informática y el crecimiento de la economía; ninguna compañía hoy en día, puede sobrevivir sin invertir en telecomunicaciones o informática. Todas las compañías ISP van a tener que seguir inviertiendo para seguir alimentando la capacidad y los servicios disponibles, tanto para el usuario final como para las empresas", dice Pablo Yañez, VP de Switched Data Products de Global Crossing para América Latina.
Ante este panorama surgen dos preguntas claves: ¿existe mayor capacidad de la red troncal para soportar las innovaciones que se están ofreciendo? y ¿a quién le corresponde hacer las inversiones para mejorar la potencia ya instalada?
Hay que recordar que la red de internet que usamos en la región es provista por Global Crossing, que posee el “Anillo” de red en todo el continente sudamericano con nodos de conexión en las principales ciudades de Latinoamérica y el Caribe, con un cable submarino de fibra óptica que sólo toca tierra entre Santiago y Buenos Aires. Según la empresa, la capacidad instalada del Anillo es muy superior a la que está disponible en la última milla para los usuarios finales. "La capacidad del Anillo se va aumentando sobre el mismo pelo de fibra óptica que ya existe y todavía no hemos llegado a la capacidad máxima del par de pelos de fibra que usamos, por lo que no hay que invertir en cable submarino, porque la infraestructura ya está disponible. En los últimos 3 años la capacidad de la fibra se ha multiplicado por 10, es como que el 'techo' que tenemos cada año se va corriendo. Lo que hace ocho años pensábamos que era el techo, hoy se ha superado por el aumento de la capacidad de la infraestructa disponible" , dice Pablo Yañez.
Lo señalado por Global Crosssing, le entrega un pase 'mano a mano con el portero' a las ISP, que son las encargadas de llevar la red a nuestros hogares, además de fijar las tarifas y planes de conexión. Por ello, queda relativamente claro que la responsabilidad de mejorar el servicio y bajar los precios corresponde a las proveedoras de la última milla. Incluso, hay voces que demandan la desagregación del servicio, permitiendo que 'pequeños proveedores' puedan entrar al mercado, usando las redes ya instaladas, ofreciendo una alternaiva que genere competencia y mejor servicio.
"Si hubiera una desagregación, como ha ocurrido en muchos países desarrallados, que obligue al dueño de la última milla, dueño de cable coaxial o el dueño del par telefónico que llega hasta la casa, a revenderlo a terceros a precios razonables, permitiría que un actor pequeño pueda ofrecer el mismo servicio de acceso a internet aprovechando los cables de otros, entrando en una competencia distinta con los grandes jugadores que se mueven a otra velocidad y a otros precios", dice Piquer, experto en redes avanzadas.
Poco divulgado, pero igualmente conocido, es lo que está ocurriendo en Chile con la compañía local Redvoiss, proveedora de voz IP, internet y otros servicios, y la multinacional Teléfonica. Redvoiss demandó a Telefónica CTC de Chile ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) debido a bloqueos a la VPN (redes privadas virtuales), acusando a la transnacional de impedir que se ocupen aplicaciones para operar mediante banda ancha, indicando además que la empresa española cuenta con una política de precios abusivos en el acceso a la banda ancha al empaquetar ésta con servicios de voz tradicional. "El monopolio natural de instalar en las casas toda la infraestructura es gigantesco y totalmente prohibitivo. Entonces, la idea es usar la base instalada con un precio justo a sus dueños, permitiendo el ingreso de estos jugadores dinámicos, los que son capaces de quebrarte los precios", dice Piquer.
Pero más allá de lo anterior, la tendencia y las cifras apuntan a que la penetración de banda ancha en Latinoamérica irá en franco crecimiento (para 2015 el tráfico se multiplicará por siete alcanzando una tasa de crecimiento interanual del 48%), avalado por la capacidad del “Anillo” y las necesarias inversiones que las ISP deberán realizar en el corto plazo, para poder ofrecer los ambiciosos planes de 4G LTE que la mayoría de los proveedores ya están comenzando a ofertar.