La posibilidad de obtener diagnósticos tanto y más certeros que los del propio Gregory House ha dejado de ser pura ficción. Descubra cómo la tecnología está impulsando una revolución que la industria ya está aplicando para mejorar nuestra salud.
Corría el año 2004 cuando uno de los medicamentos más exitosos del momento, con súper ventas por US$2.500 millones en más de 80 países, debió ser retirado. ¿La razón? Descubrimientos del Consorcio Sanitario Californiano y la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense revelaron que Vioxx, el analgésico desarrollado por la farmacéutica Merck, triplicaba la probabilidad de sufrir un ataque al corazón. Según el doctor David J. Graham, director asociado de la FDA, entre 88.000 y 139.000 personas sufrieron por ello un ataque al corazón y/o un derrame. El 40% falleció por ello. En su opinión, se trató de “la mayor catástrofe de seguridad en un medicamento de la historia”.
Pero, ¿cómo lograron darse cuenta de este mortal efecto? Gracias al análisis de la historia clínica de más de un millón de pacientes que habían sido tratados con el medicamento. Ahora, ¿cómo es posible analizar tal cantidad de registros? La tecnología tiene la respuesta. Hablamos del “milagro” del Big Data.
Este notable caso es relatado por la profesora del Curso en Transformación Digital de LIDlearning, Silvia Leal. “El Big Data es la tecnología capaz de identificar, extraer (de fuentes diversas y dispersas), almacenar, ordenar, gestionar y analizar cantidades masivas de datos que con las aplicaciones tradicionales no se podrían procesar”, explica Leal.
Jonathan Namuncura, Analyst Software de IDC Chile, identifica el principal atractivo del Big Data y su valor pues nos da la posibilidad de “tener conciencia de que, a través de los datos, las compañías tienen la posibilidad de mejorar sus procesos de negocios y proporcionar mayor eficiencia a la organización”.
Por supuesto que esto puede extenderse a cualquier tipo de organización. Tanto él como Silvia Leal concuerdan en que la aplicación del Big Data es transversal a toda industria, donde la información se traduce en poder. ¿Quién no querría contar con tan valiosa herramienta?
Radiografía a la salud
La industria de la salud ya alzó su mano. ¿Qué tiene que decir al respecto? Una consideración muy relevante a tener en cuenta es la que hacen los propios profesionales de la salud, los principales involucrados en la eventual implementación de esta solución.
El doctor Eduardo Schnitzler, Profesor Adjunto de Pediatría de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral de Argentina, ex Director médico del Hospital Universitario Austral, nos habla de la importancia que tiene la información de la persona para los médicos: “Ignorar datos claves del paciente es una de las fuentes generadoras de eventos adversos prevenibles, es decir, uno de los factores que afecta la seguridad del paciente”.
A continuación Schnitzler explica: “El tiempo como factor crítico ha provocado un desplazamiento de las consultas electivas con el médico de cabecera hacia las visitas a las sala de emergencia para consultas urgentes. El paciente ve a un médico que nunca lo atendió previamente y que tal vez tampoco vuelva a verlo… En las áreas de emergencia o aún en consultorio, el médico explora los antecedentes de salud más importantes pero no siempre el paciente se encuentra en condiciones de responder en forma completa, concisa y concreta”.
La problemática en estos casos es evidente. La seguridad y bienestar completo de las personas, entendida como una atención en salud integral, se ve seriamente amenazada por las prácticas que propicia un sistema que no garantiza seguimiento alguno.
Se trata de una realidad que, poco a poco, comienza a combatirse a modo generalizado en Estados Unidos, pero ¿y en Latinoamérica? “ La mayor parte de las instituciones siguen contando con historias clínicas en papel, con información fragmentada, con accesibilidad limitada y archivada en condiciones precarias. No es infrecuente que cada especialidad tenga su propia historia clínica y toda la información sobre la salud del paciente se encuentre incompleta y desintegrada”, sentencia Schnitzler, quien también se ha especializado en el área de Gestión y Economía de la Salud.
Las soluciones que ofrece el Big Data parecen encajar como anillo al dedo. Y no es de extrañar, pues estamos hablando de una tecnología que sería capaz de integrar los datos estructurados que ya existen en los múltiples registros (fichas clínicas personales de pacientes) y aquellos que permanecen ocultos al sistema actual de almacenamiento, esos que describía el doctor y que sólo existen de forma analógica en poder de los pacientes o dispersos en algún lugar (recetas de papel, registros médicos, notas de doctores o resultados de pruebas).
Carlos Kuhl, Managing Director para Latinoamérica de InterSystems, empresa especializada en proveer este tipo de soluciones, explica en qué consiste el alcance de esta herramienta: "A través de la plataforma Big Data de InterSystems, las empresas podrán unificar perfectamente la gestión de datos, conectividad y analytics, dándole un manejo simple a los datos complejos, incluso desestructurados, en tiempo real". De esta forma, la aplicación permite "acceder eficientemente al historial clínico de los pacientes, las prescripciones médicas, las pruebas de laboratorio o datos relacionados con aspectos socioeconómicos".
La clave del éxito está en los sistemas y las fuentes que proveen la información, pues se debe favorecer la interoperabilidad a través de una base de datos que unifique todos los registros. En esos casos, el directivo de Intersystems explica que el Big Data puede ayudar, por ejemplo, a "identificar pacientes crónicos, gestionar la información en tiempo real y trasladarla directamente a las personas afectadas, optimizando las atenciones y permitiendo salvar vidas".
Pero eso no es todo. “La capacidad de aprendizaje y predicción de estas herramientas será fundamental a la hora de apoyar un buen diagnóstico”, cita el analista de la consultora IDC como un ejemplo de aplicación exitosa para el Big Data. En esa línea, Namuncura apunta a las relaciones que se establezcan entre bases de datos relacionales o no relacionales para la conjugación y asertividad de diagnósticos, además de la posibilidad de realizar análisis de propensiones de enfermedades en función con los distintos cruces de información.
Un potenciado Doctor House
En esencia hablamos de una especie de Doctor House 2.0, aquel polémico personaje de ficción que interpretó Hugh Laurie que se caracterizaba por ser muy apático e irónico con pacientes y colegas pero inigualable a la hora de diagnosticar los casos médicos más complejos que podían llegar al Hospital de Nueva Jersey. Hoy, el Big Data apuesta por convertir a cualquier médico en un especialista al nivel de House.
“Las ventajas para los médicos son evidentes, al tener expuestos en forma clara, con curvas y tendencias, de todos los datos biológicos significativos, sumados a datos de hábitos y conductas, que muestren en forma objetiva si el paciente sigue o no las recomendaciones, comprobando o no la adherencia. En una época donde el tiempo es crítico, esto puede lograr mejores decisiones en tiempos más breves”, añade Schnitzler.
Hablamos de algo que no está muy lejos de ser realidad. Según nos comenta el propio Schnitzler, quien se desempeña como Presidente de la Sociedad Argentina de la Calidad en la Asistencia en Salud, el rol de las App Health en este nuevo ecosistema será de gran impacto pues dinamizará el flujo de información de salud de cada persona; es decir, “toda la información objetiva, expuesta de forma rápidamente comprensible por el paciente y por el médico que éste autorice”.
El valor está en que toda esa información y monitoreo permanente se integrará a grandes bases de datos generales o segmentados para poblaciones específicas. Así, la persona “dispondrá de la información esencial en todo lugar y en todo momento, tenerla disponible para cualquier médico que la requiera en cualquier institución o en cualquier país”, de tal manera además de poder controlar y participar activamente en sus objetivos.
Con esta explosión de datos que estamos obteniendo a partir de las aplicaciones y los múltiples sensores que se crean permanentemente, los desafíos del Big Data -en voz de Carlos Kuhl- son transformar y analizar esta información lo más cercano al tiempo real como sea posible, para extraer una visión utilizable que pueda conducir a una decisión informada en el punto de atención.
Optimismo justificado
Las posibilidades de aquí en más son enormes. Para algunos, inimaginables. Para ilustrarlo, Silvia Leal, autora también del libro “e-Renovarse o morir” (LID Editorial) revela una de sus proyecciones.
Para la académica, esta tecnología marcará un punto de inflexión en enfermedades como el Parkinson. Pese a que los avances registrados en casi 200 años desde su diagnóstico han sido escasos, esa realidad hoy podría cambiar. Leal hace referencia a un proyecto de "Intel y la Fundación Michael J. Fox (MJFF), quienes acordaron en 2014 unir sus fuerzas en esta lucha. "Su proyecto utilizará relojes inteligentes (marca Basis, propiedad de Intel) para capturar información de personas con la enfermedad. En concreto, se extraerá de 300 puntos del cuerpo, lo que supondrá varios gigabytes por persona al día. Por ello, pienso que con Big Data (el Parkinson) podría tener los días contados", sentencia.
De todas formas, no es necesario ir al futuro para conocer iniciativas exitosas respecto a la implementación de esta tecnología. Kuhl ejemplifica con el caso de TrackCare, una solución de Intersystems que ayuda a que especialistas accedan a registros clínicos de pacientes en cualquier dispositivo conectado a internet; permite así una atención coordinada dentro de un hospital o a través de distintos centros de atención a lo largo de una región, facilitando el movimiento fluido del paciente. En tanto, otra solución -HealthShare- crea registros clínicos electrónicos unificados de una región o un país entero, integrando aplicaciones de gestión clínica, administrativa, imagenología y laboratorios de cualquier proveedor.
El doctor Schnitzler, consciente del enorme potencial de soluciones de este tipo, respaldadas por una mayor cantidad y diversidad de aplicaciones, resume estos esfuerzos como la posibilidad de "trabajar en forma más efectiva y eficiente, disponiendo de más tiempo para brindar una atención más empática y humana, donde la tecnología es usada como un medio al servicio de la persona".