La aplicación cuenta con más de 20 millones de usuarios y ha elegido Brasil para empezar a operar en la región.
BlaBlaCar ha elegido Brasil para empezar a operar en Latinoamérica por el potencial que, en su opinión, presenta este país para el uso del coche compartido.
De esa forma, la firma señala que Brasil tiene "los peajes de autopistas más caros del mundo" y además experimenta un aumento en el precio de la gasolina. A todo ello se añade el hecho de que se trata del país latinoamericano con mayor penetración de internet.
Para "optimizar la capacidad de los más de 50 millones de vehículos" que circulan por Brasil, BlaBlaCar ha abierto una oficina en San Pablo.
Se trata de la decimotercera oficina de la plataforma, que de esta forma estará presente en veinte países y suma 380 empleados en todo el mundo.
Brasil es el primer país en que se lanza la plataforma después de que en el pasado mes de septiembre lograra US$200 millones a través de una ronda de financiación.
Además de desembarcar en ese país, en lo que va de año, BlaBlaCar comenzó a operar en India y en México, y compró la compañía alemana Carpooling y la húngara Autohop.
"Esperamos hacer del coche compartido una realidad para los 205 millones de brasileños, muchos de los cuales necesitan una manera más asequible de viajar", destacó en un comunicado el cofundador de BlaBlaCar, Nicolás Brusson.
Molestias
Al igual que la aplicación Uber y sus enfrentamientos con el gremio del taxi, la llegada de BlaBlaCar causó molestias en España.
BlaBlaCar opera desde 2010 en ese país, donde en la actualidad está pendiente que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid se pronuncie sobre la medida cautelar de cese de actividad que solicitó la patronal de transporte de viajeros en autobús Confebús, por acusar a esta compañía de competencia desleal.
BlaBlaCar se reivindicó como red social ante el juez para rechazar que esté actuando como intermediario de servicios profesionales de transporte sin tener licencia para ello, tal como denuncia la patronal de transporte en autobús Confebús.
La plataforma asegura que su actividad es la de una red social, en la que sus usuarios intercambian información sobre sus viajes y preferencias, y que solamente gestiona dicha información, sin "tener incidencia alguna sobre los viajes".
La red social explica que "los conductores que realizan un determinado trayecto con asientos libres no ofertan un sistema de transporte, sino que desean ahorrar costos de un viaje que realizarían de todos modos, compartiendo gastos con los pasajeros", consignó El País de Madrid.
Tasa de gestión
Por su parte, la patronal de autobús argumenta que la plataforma intermedia servicios de transporte, dado que cobra una tasa de gestión a los usuarios, gestiona los pagos entre el conductor y los acompañantes, y emite un recibo o justificante final al dueño del vehículo.
En cuanto al impacto del coche compartido en el sector del transporte en autobús, BlaBlaCar indica que, según los informes encargados a expertos, es "marginal", y en todo caso inferior al 0,3%.
Por su parte, Confebús calcula que la oferta de viajes que publica la web de BlaBlaCar llega a suponer una media del 20% de la oferta de los servicios de autobuses en algunas de las principales rutas, como son las que unen Madrid con Valencia o Alicante, un porcentaje que se eleva hasta el 44% en fines de semana o fechas de alta demanda de movilidad.
Estos son algunos de los argumentos que BlaBlaCar y Confebús expusieron ante el juez Andrés Sánchez Magro. El juez decidirá sobre dicha suspensión cautelar en las próximas semanas.