A partir del viernes comenzaron a exigir a los microblogueros de Pekín que se registren en la plataforma Weibo con su nombre real o enfrentar consecuencias legales no especificadas, en un intento de limitar lo que las autoridades comunistas describen como rumores, vulgaridades y pornografía.
Wan Yong vive en una de las sociedades más censuradas del mundo, pero disfruta expresando sus frustraciones cotidianas de forma anónima en dosis de 140 caracteres a través de la versión china de Twitter.
Sin embargo, las nuevas restricciones del gobierno lo están haciendo pensarlo dos veces.
A partir del viernes comenzaron a exigir a los microblogueros de Pekín que se registren en la plataforma Weibo con su nombre real o enfrentar consecuencias legales no especificadas, en un intento de limitar lo que las autoridades comunistas describen como rumores, vulgaridades y pornografía.
Sin embargo, muchos usuarios dicen que las restricciones están claramente dirigidas a acallar las a menudo mordaces, ruidosas y, quizás más importante, anónimas conversaciones online en un país donde internet ofrece una oportunidad poco habitual de discusión abierta.
"Definitivamente, no utilizaré Weibo si necesitan nombres reales", dijo Wang, un funcionario de 27 años que dijo disfrutar con la capacidad de expresar sus pensamientos de forma anónima. "No quiero que me supervisen por mis palabras", agregó.
Weibo, que significa microblog en chino, está gestionado por varias empresas, la mayor de ellas Sina.
Pese a las peticiones del primer ministro, Wen Jiabao, de que se apliquen grandes reformas políticas, el gobernante partido comunista ha mostrado pocos indicios de que vaya a relajar su control sobre el poder o permitir la disidencia pública.
Wen, que está previsto deje el cargo el próximo año, dijo en su última rueda de prensa en la sesión parlamentaria anual china que dejar escapar algo de presión en internet es "normal".
Pero como no hay ningún otro foro público que ofrezca a la gente la misma libertad de debate que los microblogs, las operadoras despliegan toda una serie de medidas para supervisar el contenido, bloqueando o retirando comentarios considerados inaceptables, especialmente anotaciones con tendencia política.
No está claro qué tan estrictas serán las autoridades al aplicar las normas de identificación, que también podrían ser introducidas en otras grandes ciudades como Shanghái y Guangzhou.
A mediodía del viernes, sólo 19 millones de los más de 300 millones de usuarios de Sina habían registrado sus identidades y varios microblogueros dijeron a Reuters que no se inscribirían.
"Estoy seguro de que ya no lo utilizaré más", dijo Shen Hui, empleado de 28 años en un banco extranjero. "Weibo, para mí, es sólo una herramienta para desahogar mi ira y presión. No podré gritar insultos en el futuro", añadió.