Un acuerdo Broadcom-Qualcomm crearía una compañía dominante en el mercado que provee chips para los cerca de 1.500 millones de teléfonos inteligentes que se espera sean vendidos en el mundo este año.
Broadcom Ltd hizo este lunes una oferta no solicitada de US$103.000 millones por Qualcomm Inc, fijando el escenario para una gran batalla en momentos en que el fabricante de chips busca dominar el pujante mercado de los semiconductores, usados en los dispositivos móviles.
Qualcomm aseguró que revisará la propuesta, aunque se inclina por rechazarla por ser muy baja y porque corre un gran riesgo de que los reguladores la rechacen o tarden mucho en aprobarla, dijeron a Reuters personas conocedoras del asunto.
Un acuerdo Broadcom-Qualcomm crearía una compañía dominante en el mercado que provee chips para los cerca de 1.500 millones de teléfonos inteligentes que se espera sean vendidos en el mundo este año.
También elevaría la apuesta para Intel Corp, que se ha estado diversificando hacia la tecnología de los teléfonos inteligentes desde el sector de las computadoras, despachando chips de modems a Apple Inc.
Los accionistas de Qualcomm recibirían 60 dólares en efectivo y 10 dólares por acción en papeles de Broadcom. Incluida la deuda, la oferta de Broadcom valora la transacción en US$130.000 millones.
Daniel Ives, analista de GBH Insight, dijo que los inversores más optimistas esperaban entre 75 y 80 dólares por acción. “Ahora es un juego de póker con altas apuestas por ambas partes”, señaló.
Las acciones de Qualcomm, cuyos chips permiten a los teléfonos conectarse a redes de datos inalámbricas, cotizaron por encima de los 70 dólares en diciembre de 2016 tras llegar a su máximo de 80 dólares en 2014.
A las 1617 GMT, sus papeles avanzaban un 1% a 62,41 dólares, recortando ganancias tras subir hasta un 3%, lo que sugiere que los inversores son escépticos en torno al acuerdo. Broadcom cedía cerca de medio punto, a 271,81 dólares, tras tocar un récord máximo de 281,80 dólares.
Cualquier acuerdo entre ambas firmas enfrentaría un intenso escrutinio regulatorio. Un gran obstáculo sería lograr la aprobación de China, país del que dependen mucho Qualcomm y Broadcom en cuanto a ingresos.