En medio de una profunda crisis social y económica en Argentina, la startup Alibrate destaca por su éxito lector. La plataforma hoy cuenta con más de 500 mil suscriptores en toda Iberoamérica, y en 2020 proyecta superar el millón de clientes registrados. Los desafíos de este año se centran en la llegada de una tercera ronda de inversión que superaría los US$2 millones, para una consolidación regional.
Por Cristian Aránguiz
-¿De dónde sale la idea de una startup sobre lecturas y compartir reviews de estas?
-A mí me pasa que, si abordo un libro, aunque no me guste, me cuesta abandonarlo. Entonces, lo trato de terminar. Y, a lo mejor, paso varios días leyendo una historia que no me atrapó. Por eso, en mi experiencia como lector, noté que hacía falta un espacio donde enterarme de qué va el libro, cómo viene, qué comentarios hay sobre el mismo, desde perfiles de personas que han leído lo mismo que yo.
Por ejemplo, yo tengo siete amigos, de los cuales cuatro no leen. Y los otros tres leen otras cosas, diferentes a mis intereses, entonces, se me vino a la cabeza: 'Quiero leer un libro, pero antes necesito obtener información objetiva sobre ese libro, de gente común, como yo'. Así empezó todo.
-¿Cuál es la función de la plataforma para los usuarios?
-Alibrate es un sitio donde la gente califica y reseña libros y, de esa manera, puede descubrir. Tiene recomendaciones por afinidad y por género. Después de trabajar de forma muy ardua con un programador y un diseñador, pudimos dar con la receta perfecta para la idea original. Y junté a un par de socios que invirtieron. Uno de ellos es uno de los fundadores de Despegar, Christian Vilate. Cuando le hablé de mi idea, la entendió enseguida, no tuve ni que convencerlo.
En resumen, nuestra herramienta es una plataforma cooperativa, donde encuentras cientos de miles de libros en una gran base de datos, debidamente calificados, por la misma aplicación o por las personas que van dando feedback a través de los distintos comentarios que van dejando cada uno de los usuarios. Lo que permite que la plataforma sea tan interactiva a medida que más la usan los clientes.
-¿Cómo está estructurada la plataforma?
-En estanterías digitales los lectores pueden agrupar sus ejemplares y catalogarlos, reseñarlos, puntuarlos e intercambiar comentarios con otros. Se pueden revisar anaqueles ajenos y, a través de un catálogo general, de 560.000 títulos, nutrirse de las reseñas de ávidos lectores que, a modo de críticos literarios, comparten sus experiencias y opiniones respecto de las obras.
-¿Qué rol tiene el libro electrónico dentro de la empresa? ¿Cómo se maneja ese recurso?
-Esta red social permite descargar libros de dominio público y comprar ejemplares físicos a través de otras tiendas (Amazon, Mercado Libre, Cúspide, etc.) Además, en el plazo de un mes se podrán adquirir a través de la página unos 20.000 e-books. También firmamos un acuerdo con Libranda, el mayor distribuidor del mundo de publicaciones digitales en español (compañía fundada por los grupos internacionales Planeta y Penguin Random House), y mantenemos vínculos con varias editoriales que publicitan allí sus catálogos o comparten sus bases de datos.
El sitio, que también posee su propia aplicación, es la página en español que más reseñas de libros aglutina. Hoy reunimos a más de 500 mil usuarios activos de habla hispana (14% de México, 13% de Argentina, 12% de España, 10% de Colombia, 5% de Venezuela, 5% de Perú, 4% de Chile) y cada uno cuenta con su propia biblioteca digitalizada en este espacio virtual.
-¿La idea de negocios estuvo presente desde el principio o surgió en base al éxito de la aplicación?
-Es un buen punto. Cuando inicié la plataforma no tenía la idea de que finalmente se iba a convertir en una startup. Yo creo que se dio porque me encontré con un nicho muy interesante y, por ello, con una comunidad muy fiel a la hora de colaborar e integrarse.
Al oficializarla como startup, partimos con una inversión de US$1.500.000, en nuestra primera ronda de recaudación, y ahora esperamos que para nuestra próxima ronda los montos nos permitan una proyección con total estabilidad para nuestro servicio.
-¿Cómo se rentabiliza la idea de negocio?
-A pesar de tener cifras de crecimiento importantes, inclusive con la proyección de un millón de usuarios, es difícil poder rentabilizar ahora. Como cualquier startup tecnológica que es B2C (business-to-consumer), requieres de una inversión importante y tiempo para desarrollarte, hasta que se genere una masa crítica y el "efecto de red". Por lo tanto, hoy se sostiene el negocio con inversiones privadas, que ascienden al US$1.500.000, y este año tenemos contempladas nuevas rondas de inversión por sobre los US$2 millones.
Lealtad digital
-Su empresa tiene base en Argentina. ¿Cómo los ha afectado la crisis económica que se vive ahí?
-Todos los usuarios de nuestra plataforma están en Latinoamérica, así que, en ese sentido, afecta y no afecta; quizás sea más por los vaivenes de la situación macro de la región.
Tienes razón de que la base está en la Argentina, pero hemos tenido la suerte de que muchos de nuestros inversores son mexicanos y no hemos visto afectadas nuestras operaciones de forma significativa.
Ahora, la mayoría de los fundadores son argentinos y la casa matriz está en Buenos Aires, y claro que influye la situación de incertidumbre, los temas económicos, los impuestos, la conversión de peso a dólar, las trabas, las ineficiencias; todo lo anterior hace que, a veces, para andar bien con tu negocio debas trabajar el doble. Sin embargo, el argentino frente a una crisis económica no solo protesta, también lee y lee mucho.
-Un hecho que llama la atención es que en plena crisis en Argentina tus usuarios subieron. ¿Cómo se explica eso?
-Y sí, la lógica no se aplica a veces a la Argentina. En toda la región el analfabetismo bajó, cada vez más gente sabe leer, cada vez está más conectada y quiere información de calidad, y eso es exactamente lectura. Entonces, un servicio donde el producto es casi el conocimiento, el review de lo que lees y lo que compartes, a veces hace que las crisis te impacten, pero no te boten.