Con un nuevo teléfono corriendo Windows, el Lumia 900, el fabricante finlandés se mete de lleno en la competencia de los smartphones de gama alta.
Las Vegas. Uno de los anuncios que ha realizado Microsoft durante el presente CES 2012 no es de propiedad de Microsoft precisamente, aunque sí lo involucra en gran medida, puesto que tiene que ver con el nuevo teléfono de Nokia, que introdujo en Estados Unidos la punta de lanza de su línea de smartphones y que, claro, corre bajo la bandera de Windows como sistema operativo: el Lumia 900.
El Lumia 900 es el primer dispositivo de Nokia en dar el salto hacia el 4G, una estándar de red celular (también conocido como LTE), que ofrece velocidades de navegación y transferencia de datos por encima de las alcanzadas teóricamente por la actual 3G. El nuevo dispositivo de Nokia funcionará con la operadora AT&T, la compañía que más rápido (sin que esto signifique que aún sea suficientemente rápido) está implementado el 4G en Estados Unidos.
A juzgar por los comentarios de algunos analistas que han podido maniobrar limitadamente el Lumia 900, este se ve, y se siente, bastante más avanzado que cualquier teléfono con Android (el sistema operativo de Google y que hoy en día es el más presente en los celulares a nivel mundial). Si estas apreciaciones resultan ciertas, Nokia podría volver a entrar al ring, luego de que su participación en el mercado estadounidense se redujera dramáticamente en el segmento de dispositivos inteligentes ante la arremetida del iPhone de Apple, las múltiples versiones que llevan Android y el BlackBerry del canadiense Research in Motion.
La alianza entre Nokia y Microsoft, con el futuro despliegue de Windows 8, puede resultar siendo la tercera gran opción en el mercado de teléfonos inteligentes pues no sólo hay un gran fabricante de dispositivos, sino uno de software que cuenta, según cifras del propio Ballmer, con 50 mil aplicaciones disponibles en la tienda de Windows, un número que, si el Lumia y sus sucesores tienen éxito, promete crecer.