Se espera que en solamente dos años, este tipo de transacciones superen el uso de los cajeros automáticos en el mundo.

El uso de pagos móviles es una tendencia que si bien lleva bastante tiempo, solamente en los últimos años a comenzado a crecer significativamente en la región.

Ahora, un nuevo estudio revela que Chile y México se presentan como los líderes en este sistema, dentro de una América Latina que sigue creciendo a pasos agigantados en la adopción de pagos móviles.

De acuerdo a cifras entregadas en el XXXIII Congreso Latinoamericano de Derecho Financiero, Chile tiene un 31% de penetración de pagos móviles, un cifra que lo iguala a México y que lo deja por sobre de Brasil (con 30%) y Argentina con 21%.

Este porcentaje, además, no sólo deja a ambas naciones sobre otros países sino que también muy por encima de los niveles promedio de la región, que según el evento organizado por la Asociación de Bancos y FELABA, alcanzaría un 20%.

“Los bancos están creando cada vez más servicios para realizar pagos a través del celular. Por lo tanto, estamos dejando de utilizar medios tradicionales, y considerando el contexto chileno, creo que de aquí a dos años es muy probable que los pagos móviles superen el uso de los cajeros automáticos", explicó la especialista en Negocios de Harvard Business School y MBA en Marketing de Medios, Patricia Peck

Este incremento se explica por el alto crecimiento que han presentado los teléfonos inteligentes en la región, que en Chile de acuerdo a datos de Ericsson ConsumerLab alcanza un 150% de penetración, y que ha provocado que los bancos comiencen a modernizar sus plataformas.

Sin embargo, este fenómeno de pagos móviles no llega sólo con buenas noticias sino que también plantea nuevos desafíos, como la necesidad de elaborar nuevos reglamentos gubernamentales para controlar su funcionamiento.


Este es un proceso que ya se ha debido llevar a cabo en naciones como Brasil, por el gran incremento que vienen exhibiendo los medios de pagos móviles, pero que, por ejemplo, todavía no existe en Chile, especialmente para penalizar fenómenos como el phishing y otro tipo de estafas.