Un grupo de investigadores encontró una posible utilidad a los 10.500 millones de litros de orina que se desechan cada día.
Se estima que los seres humanos, en conjunto, generan 10.500 millones de litros de orina cada día. Con semejante producción natural era cuestión de tiempo que la ciencia y la tecnología se combinaran para crear algo que volviera útil a este desecho. Un grupo de investigadores ha ubicado en diferentes partes del mundo inodoros que pueden transformar la orina en energía.
Estos prototipos de urinario son el resultado de una colaboración entre los investigadores de la UWE Bristol y Oxfam (una ONG mundial dedicada a la erradicación de la pobreza). Estas planean utilizar este método para alimentar las fuentes eléctricas de lugares en condiciones críticas o de pobreza extrema como campos de refugiados o asentamientos, donde la falta de luz signifique un riesgo adicional para los habitantes.
La tecnología utilizada es conocida como la orinatricidad que funciona a partir de "las células de combustible microbianas" mediante "el empleo de microbios vivos que se alimentan de orina (combustible) para su propio crecimiento y mantenimiento. La orinatricidad es, en efecto, un sistema que aprovecha una parte de esa energía bioquímica utilizada para el crecimiento microbiano y la convierte directamente en electricidad", explicó Ioannis Ieropoulos, director del proyecto, a Europa Press.
La particularidad de esta iniciativa es que no es necesaria la utilización de ningún tipo de combustible fósil. Si tiene éxito, podría llegar a reducir 800% el gasto en electricidad de las empresas y gobiernos involucrados.